jueves, 30 de abril de 2009

Vive Sin Libros , Por Eduardo Huchín Sosa

Este ensayo pertenece a Eduardo Huchín Sosa (http://tediosfera.wordpress.com/), escritor campechano con mucho talento. Para quienes no lo conocen dense un paseo por su pagina, espérense un par añitos para que sea mas conocido y ya verán.
El presente ensayo lo escribió el año pasado para el día del libro y ahora lo relanzó para la misma conmemoración. Me gusta mucho este escrito, con algunos rasgos de la influencia irónica de Oscar de la Barbolla y mucho de la ironía propia Huchín, que muy bien sabe plasmar.
Es preocupante lo que veo; muchas personas no se toman tan enserio el regalo que es la literatura, muchos jóvenes la ven con tedio y hacen muecas a sentilra cercana a menos que sea parte de un autor actualmente fashion en la librerías (les dice algo “crepúsculo”). Como bien propone Huchín, la sociedad, el gobierno, las naciones deberíamos estigmatizar la literatura, hacerle el feo y combatirla, encontrarle el lado desagradable cual droga pervertidora de mentes, forjadora de albedríos. Solamente así podríamos esperar que de manera clandestina los libros serán leídos, escritos e intercambiados.
Algun día, si logro se profesor, definitivamente prohibiré la lectura a los alumnos. Recibirá severo castigo a quien se lo sorprenda comentando un libro o autor, leyendo o escribiendo. ¡Por un México de libros!
(la imagen es de JM caricaturizando a Eduardo Huchin Sosa http://monitoensutinta.blogspot.com/)

Vive Sin Libros


Por Eduardo Huchín Sosa

¿Puede a estas alturas alguien creer que leer es bueno? Supone cambios drásticos en el humor, tiempo desperdiciado sin trabajar, experiencia de desdoblamiento, latidos del corazón elevados, insomnio, gastos superfluos, menos espacio en la casa. En fin que se trata de un vicio al que es difícil de mantener y que produce maridos que llegan a casa borrachos de Moby Dick o Vargas Llosa y se vuelven entes insoportables, dicen sus pobres esposas, e individuos violentos capaces de hablar del capitán Ahab por hora y media mientras la mujer les dice, en el rincón y hecha un mar de lágrimas: “¡Ismael, por favor, ya no más!”


Con tristeza puede verse a jóvenes evadir la realidad mientras leen un libro tras otro y luego caminar por las aceras a altas velocidades, embriagados de Cortázar y vomitando conejos en las esquinas. ¡Pobres muchachos los nuestros, terrible época en que les ha tocado vivir donde se publica un libro cada medio minuto y donde es posible bajar novelas por internet, invento del demonio que ha puesto ésa y otras depravaciones al alcance de cualquiera!


Lamentable cáncer la literatura. Preparatorianos talentosos, futuros ingenieros en sistemas, posibles administradores de empresas, que un día descubren el espejismo de los libros y deciden estudiar Letras o volverse poetas. Con los años, los observo mendigando en las redacciones de los periódicos: “Me da una errata que corregir, por el amor de Dios”.


De los libros no se salvan ni siquiera los ricos. Bibliotecas enormes en casas sirven de escenario para que bibliómanos cuarentones lleven a sus invitados a probar ediciones reposadas (“¡Ah, un Nabokov de 1955!”, “Qué delicia, esta primera edición de Cien años de soledad!”), como si el sabor fuera diferente sólo por la fecha de publicación. ¡Ilusos! Han creado una cultura de la esquisitez (“Un Borges siempre combinará mejor con un Bioy, nunca se te ocurra leerlo al alimón con Roberto Artl, porque ¡caramba! eso no es de gente decente”), sin darse cuenta que sólo lo hacen por la embriaguez, por experimentar ese vértigo de las palabras agolpándose unas tras otras, por los personajes entrañables, por las frases perfectas.


He visto a la mejores mentes de mi generación desechas por los libros inútiles, por una poesía que no sirve para nada, malgastadas en ensayos que no dan puntos para el currículo. Y es que el problema, hemos de reconocerlo, no es el consumo en sí sino la inmoderación. Los médicos siempre han recomendado una bibliografía saludable para la vida: un poco de queso robado y búhos que no ululan, el manual del IETU o Soy mujer, soy invencible y ¡estoy exhausta! Pero los viciosos no saben contenerse, no saben seguir regímenes. Una mañana despiertan con antojo de Pérez Reverte, a la mañana siguiente han dejado todo por los guiones de Woody Allen. Saltan de un género a otro, cruzan siglos enteros y países en apenas una semana, sin detenerse en la pírámide alimenticia que nos recomienda: abténgase de la ciencia ficción, eleve su contenido de columnas políticas. Los viciosos nunca cuentan el número de páginas que consumen para decir: “Ya basta, ha sido suficiente”. Después de atragantarse 6 aventuras de Wooster y Jeeves, sienten culpa y la única forma de quitarse ese sentimiento ¡vaya condena! es seguir leyendo.


La literatura deja marcas, qué duda cabe. Abdómenes prominentes, traseros planos, una vista gastada por las páginas. ¿Qué le estamos haciendo a nuestro cuerpo?, y peor áun, ¿por qué dañamos nuestra mente con esa información innecesaria? Millones de personas han demostrado que se puede vivir sin Pessoa o sin Octavio Paz, que se es feliz sin una página siquiera del Quijote. Pero los consumidores de libros son seres derrotados, distraídos, perdidos. La literatura crea individuos incapaces de saber dónde están las llaves del carro, pero prestos a citar a Umberto Eco, cada que un acompañante dice por casualidad la palabra “monasterio”.


Cuidemos a nuestros adolescentes. Videos clandestinos en Youtube han dado cuenta de alumnos grabados mientras leían Un mundo feliz. Ha sido un escándalo mayúsculo, sobre todo cuando uno de los estudiantes, sin dejar de reírse como un tonto, habló de la euforia que le provocaba Ibargüengoitia. Ha sido uno de los casos más bochornosos que me ha tocado presenciar. El director del plantel tuvo que salir a desmentirlo todo, a fin de que ningún padre de familia creyera que ahí -en un instituto tecnológico- se estaba propiciando el consumo de novelas.


Pero el asunto no puede acabar ahí, en una mera anécdota. Se sabe de jóvenes que llevan a la escuela libros QUE NO pertenecen a ninguna asignatura y que a escondidas ojean durante los recreos, mientras sus compañeros –sin duda, los más sanos y quienes a fin de cuentas sacarán adelante a este país- practican el deporte o flirtean con las chicas. La Asociación Estatal de Padres de Familia ha pedido a las autoridades aplicar la “Operación Mochila” a fin de decomisar cualquier libro que no haya sido pedido por los profesores. Y se trata de algo que es urgente extender a otros colegios, para cumplir uno de los objetivos centrales de este Gobierno: trabajar para que la literatura no llegue a tus hijos.


Por otra parte, estudios han demostrado que autores que consideramos inofensivos como Stephen King o J. K. Rowling sirven de puerta de entrada a otros novelistas mucho más fuertes y adictivos. Que si como padres descubrimos Harry Potter en el cuarto de los chicos y lo dejamos pasar por alto, somos responsables de que en un futuro, el muchacho termine en las garras paranoicas de Phillip Dick o viajando en las ciudades invisibles de Italo Calvino. No permitamos eso, por favor, señores, vigilemos lo que entra en nuestras casas y que, les aseguro, aunque para sus hijos sea “mero entretenimiento” es algo mucho más peligroso que eso.


Finalmente debemos exigir a nuestras autoridades combatir el tráfico de libros, la compraventa de segunda mano, los préstamos, los robos de las bibliotecas, las adaptaciones cinematográficas, las reseñas elogiosas en los periódicos, incluso hasta los blogs y promover en cambio las presentaciones de poemarios locales, los talleres literarios, las premiaciones de Juegos Florales, las tesis, los simposios y todas esas prácticas que ¡gracias a Dios! nos han ayudado a mantener a raya la adicción de nuestras juventudes a la literatura.


¡Por un México libre de libros!


Este sueño no me pertenece



A la paciencia


Alcohólico vulgar de la farándula hollywoodense con sexualidad excéntrica, dejándose ver con controversiales acompañantes.

Político cofrade de una logia masónica, mitómano, polígamo, experto en excusas públicas que justifiquen los momentos de desintereses y descuidos, visitante a escondidas del universo drogado, innovador en métodos que fugazmente expliquen un acaudalado y humilde patrimonio.

Veinteañero soso, estresado por las prendas de fin de semana para antrear y motivado a ganar la simpatía de sus pares, estratega de un buen plan para conseguir un ligue embriagado.

Escritor de libros de superación personal, creador de falsas esperanzas, esclavo de los cigarrillos, payaso de la literatura, embaucador de los abatidos, miembro inactivo de la tristeza y experto en disfunción familiar.

Hippie desalmado, comerciante de buenas vibras con una vida harta de pretextos y envuelto en supuesta libertad, fiel creyente de las mentiras que fabrica, ideal de los púberes y Adonis de las chicas que se sientan a su alrededor con deseos de ser en algo original, orfebre de supercherías y soldado de una cuasi cultura.

Contador de la plebe, importante consumidor de tiempo, confinado a una vida exacta que no se vive.

Taimado astrónomo gitano, osteópata de las estrellas y sus mafiosas constelaciones.

Ladrón espiritual de casa habitación, el Robin Hood de sus intereses, desletrado natural con un mote de animal.

Universitario informal, pueblerino recién inyectado en la ciudad, azotado por la libertad y la soledad.

Presidente de una nación golpeada, socialista paranoide con lengua proclive a la mentira, enemigo del capitalista y aficionado a la costosa alta costura.

Profesor jubilado, esquizoide solitario, jardinero sin horario, perdido en si mismo y en los demás.



Tripas, Por Chuck Palahniuk


Para Tino, que quiere leerlo

ADVERTENCIA DE QUIEN HACE EL POST:

Seré honesto para que no se lleven sorpresas. El siguiente cuento no es recomendable, por lo menos no se lo recomendaría a la mayoría de las personas que conozco. El simple nombre dice mucho (Tripas) y si quieres más información para saber lo que podemos esperar al leer el texto basta con decir que el autor es Chuck Palahniuk, a quien se le debe “El club de la pelea”, que luego seria trasladado al cine por David Fincher (1999).

Según mi amigo Wilberth Herrera (losviajesdewilberth.blogspot.com) en gringolandia hay una ley que prohíbe a los escritores publicar textos con temas específicos, los cuales están enlistados. En la sima de esa lista de temas prohibidos, por inverosímil que parezca, se encuentra escribir sobre piscinas. ¿Qué tienen de malo las piscinas? La ley se debe a la afición que tienen muchas personas por conductas sexuales en las piscinas que ponen en riesgo su vida y a lo menos su salud. Es por ello que el gobierno de Estados Unidos, preocupado por el alarmante número de accidentes en las piscinas (con origen en los comportamientos sexuales de las personas en ellas) haya prohibido este tipo de publicaciones, además reforzados por el escrito ya lanzado por Chuck Palahniuk, motivo este post.

Para los que hasta este punto aun están dispuestos a leer Tripas les comento lo siguiente: al inicio del cuento el personaje que relata su experiencia (y las de otros) nos hace la recomendación “Tomen tanto aire como puedan”. Estas palabras yo me las pase por los cojones sin darles importancia, mas bien esas palabras deberían ser una advertencia, yo estuve a punto de ahogarme. Para fortuna del lector (o desgracia de algunos) Palahniuk hizo un cuento “sencillo”, con buen ritmo, tiene buenas descripciones y es claramente entendible. Este cuento es tan efectivo que en una ocasión en conferencia de cierta universidad de Estados Unidos varias personas vomitaron (literalmente) en el auditorio mientras Chuck Palahniuk leía este cuento, que no es apto para quienes tengan pene o puedan comprender lo que es tener un pene y tampoco para quienes cuenten con sus órganos internos o por lo menos puedan comprender lo que es tenerlos completos.

Espero que lejos de atenuar tus “ganas” de leer Tripas esta advertencia te haya motivado a leerlo, por que a pesar de todas las advertencias y reseñas que se me dieron a mí si me gustó y por eso lo comparto, por que es un buen relato y tiene mucho valor.

Recuerda: toma mucho aire.

(Ya sabes, copia, pega y léelo luego, cuando tengas tiempo. Y si lo lees y algo, en alguna vida futura te motiva a hacerlo… deja un comentario. Gracias por la visita.)



Tripas (Guts)

Por Chuck Palahniuk

Tomen tanto aire como puedan. Esta historia debería durar el tiempo que logren retener el aliento, y después un poco más. Así que escuchen tan rápido como les sea posible.

Cuando tenía trece años, un amigo mío escuchó hablar del “pegging”. Esto es cuando a un tipo le meten un pito por el culo. Si se estimula la próstata lo suficientemente fuerte, el rumor dice que se logran explosivos orgasmos sin manos. A esa edad, este amigo es un pequeño maníaco sexual. Siempre está buscando una manera mejor de estar al palo. Se va a comprar una zanahoria y un poco de jalea para llevar a cabo una pequeña investigación personal. Después se imagina cómo se va a ver la situación en la caja del supermercado, la zanahoria solitaria y la jalea moviéndose sobre la cinta de goma. Todos los empleados en fila, observando. Todos viendo la gran noche que ha planeado.

Entonces mi amigo compra leche y huevos y azúcar y una zanahoria, todos los ingredientes para una tarta de zanahorias. Y vaselina.

Como si se fuera a casa a meterse una tarta de zanahorias por el culo.

En casa, talla la zanahoria hasta convertirla en una contundente herramienta. La unta con grasa y se la mete en el culo. Entonces, nada. Ningún orgasmo. Nada pasa, salvo que duele.

Entonces la madre del chico grita que es hora de la cena. Le dice que baje inmediatamente.

El se saca la zanahoria y entierra esa cosa resbaladiza y mugrienta entre la ropa sucia debajo de su cama.

Después de la cena va a buscar la zanahoria, pero ya no está allí. Mientras cenaba, su madre juntó toda la ropa sucia para lavarla. De ninguna manera podía encontrar la zanahoria, cuidadosamente tallada con un cuchillo de su cocina, todavía brillante de lubricante y apestosa.

Mi amigo espera meses bajo una nube oscura, esperando que sus padres lo confronten. Y nunca lo hacen. Nunca. Incluso ahora, que ha crecido, esa zanahoria invisible cuelga sobre cada cena de Navidad, cada fiesta de cumpleaños. Cada búsqueda de huevos de Pascua con sus hijos, los nietos de sus padres, esa zanahoria fantasma se cierne sobre ellos. Ese algo demasiado espantoso para ser nombrado.

Los franceses tienen una frase: “ingenio de escalera”. En francés, esprit de l’escalier. Se refiere a ese momento en que uno encuentra la respuesta, pero es demasiado tarde. Digamos que usted está en una fiesta y alguien lo insulta. Bajo presión, con todos mirando, usted dice algo tonto. Pero cuando se va de la fiesta, cuando baja la escalera, entonces, la magia. A usted se le ocurre la frase perfecta que debería haber dicho. La perfecta réplica humillante. Ese es el espíritu de la escalera.

El problema es que los franceses no tienen una definición para las cosas estúpidas que uno realmente dice cuando está bajo presión. Esas cosas estúpidas y desesperadas que uno en verdad piensa o hace.

Algunas bajezas no tienen nombre. De algunas bajezas ni siquiera se puede hablar.

Mirando atrás, muchos psiquiatras expertos en jóvenes y psicopedagogos ahora dicen que el último pico en la ola de suicidios adolescentes era de chicos que trataban de asfixiarse mientras se masturbaban. Sus padres los encontraban, una toalla alrededor del cuello, atada al ropero de la habitación, el chico muerto. Esperma por todas partes. Por supuesto, los padres limpiaban todo. Le ponían pantalones al chico. Hacían que se viera… mejor. Intencional, al menos. Un típico triste suicidio adolescente.

Otro amigo mío, un chico de la escuela con su hermano mayor en la Marina, contaba que los tipos en Medio Oriente se masturban distinto a como lo hacemos nosotros. Su hermano estaba estacionado en un país de camellos donde los mercados públicos venden lo que podrían ser elegantes cortapapeles. Cada herramienta es una delgada vara de plata lustrada o latón, quizá tan larga como una mano, con una gran punta, a veces una gran bola de metal o el tipo de mango refinado que se puede encontrar en una espada. Este hermano en la Marina decía que los árabes se ponen al palo y después se insertan esta vara de metal dentro de todo el largo de su erección. Y se masturban con la vara adentro, y eso hace que masturbarse sea mucho mejor. Más intenso.

Es el tipo de hermano mayor que viaja por el mundo y manda a casa dichos franceses, dichos rusos, útiles sugerencias para masturbarse. Después de esto, un día el hermano menor falta a la escuela. Esa noche llama para pedirme que le lleve los deberes de las próximas semanas. Porque está en el hospital.

Tiene que compartir la habitación con viejos que se atienden por sus tripas. Dice que todos tienen que compartir la misma televisión. Su única privacidad es una cortina. Sus padres no lo visitan. Por teléfono, dice que sus padres ahora mismo podrían matar al hermano mayor que está en la Marina.

También dice que el día anterior estaba un poco drogado. En casa, en su habitación, estaba tirado en la cama, con una vela encendida y hojeando revistas porno, preparado para masturbarse. Todo esto después de escuchar la historia del hermano en la Marina. Esa referencia útil acerca de cómo se masturban los árabes. El chico mira alrededor para encontrar algo que podría ayudarlo. Un bolígrafo es demasiado grande. Un lápiz, demasiado grande y duro. Pero cuando la punta de la vela gotea, se logra una delgada y suave arista de cera. La frota y la moldea entre las palmas de sus manos. Larga y suave y delgada.

Drogado y caliente, se la introduce dentro, más y más profundo en la uretra. Con un gran resto de cera todavía asomándose, se pone a trabajar.

Aun ahora, dice que los árabes son muy astutos. Que reinventaron por completo la masturbación. Acostado en la cama, la cosa se pone tan buena que el chico no puede controlar el camino de la cera. Está a punto de lograrlo cuando la cera ya no se asoma fuera de su erección.

La delgada vara de cera se ha quedado dentro. Por completo. Tan adentro que no puede sentir su presencia en la uretra.

Desde abajo, su madre grita que es hora de la cena. Dice que tiene que bajar de inmediato. El chico de la cera y el chico de la zanahoria son personas diferentes, pero tienen vidas muy parecidas.

Después de la cena, al chico le empiezan a doler las tripas. Es cera, así que se imagina que se derretirá adentro y la meará. Ahora le duele la espalda. Los riñones. No puede pararse derecho.

El chico está hablando por teléfono desde su cama de hospital, y de fondo se pueden escuchar campanadas y gente gritando. Programas de juegos en televisión.

Las radiografías muestran la verdad, algo largo y delgado, doblado dentro de su vejiga. Esta larga y delgada V dentro suyo está almacenando todos los minerales de su orina. Se está poniendo más grande y dura, cubierta con cristales de calcio, golpea y desgarra las suaves paredes de su vejiga, obturando la salida de su orina. Sus riñones están trabados. Lo poco que gotea de su pene está rojo de sangre.

El chico y sus padres, toda la familia mirando las radiografías con el médico y las enfermeras parados allí, la gran V de cera brillando para que todos la vean: tiene que decir la verdad. La forma en que se masturban los árabes. Lo que le escribió su hermano en la Marina. En el teléfono, ahora, se pone a llorar.

Pagaron la operación de vejiga con el dinero ahorrado para la universidad. Un error estúpido, y ahora jamás será abogado. Meterse cosas adentro. Meterse dentro de cosas. Una vela en la pija o la cabeza en una horca, sabíamos que serían problemas grandes.

A lo que me metió en problemas a mí lo llamo “Bucear por perlas”. Esto significaba masturbarse bajo el agua, sentado en el fondo de la profunda piscina de mis padres. Respiraba hondo, con una patada me iba al fondo y me deshacía de mis shorts. Me quedaba sentado en el fondo dos, tres, cuatro minutos.

Sólo por masturbarme tenía una gran capacidad pulmonar. Si hubiera tenido una casa para mí solo, lo habría hecho durante tardes enteras.

Cuando finalmente terminaba de bombear, el esperma colgaba sobre mí en grandes gordos globos lechosos.

Después había más buceo, para recolectarla y limpiar cada resto con una toalla. Por eso se llamaba “bucear por perlas”. Aun con el cloro, me preocupaba mi hermana. O, por Dios, mi madre.

Ese solía ser mi mayor miedo en el mundo: que mi hermana adolescente virgen pensara que estaba engordando y diera a luz a un bebé de dos cabezas retardado. Las dos cabezas me mirarían a mí. A mí, el padre y el tío. Pero al final, lo que te preocupa nunca es lo que te atrapa.

La mejor parte de bucear por perlas era el tubo para el filtro de la pileta y la bomba de circulación. La mejor parte era desnudarse y sentarse allí.

Como dicen los franceses, ¿a quién no le gusta que le chupen el culo? De todos modos, en un minuto se pasa de ser un chico masturbándose a un chico que nunca será abogado.

En un minuto estoy acomodado en el fondo de la piscina, y el cielo ondula, celeste, a través de un metro y medio de agua sobre mi cabeza. El mundo está silencioso salvo por el latido del corazón en mis oídos. Los shorts amarillos están alrededor de mi cuello por seguridad, por si aparece un amigo, un vecino o cualquiera preguntando por qué falté al entrenamiento de fútbol. Siento la continua chupada del tubo de la pileta, y estoy meneando mi culo blanco y flaco sobre esa sensación. Tengo aire suficiente y la pija en la mano. Mis padres se fueron a trabajar y mi hermana tiene clase de ballet. Se supone que no habrá nadie en casa durante horas.

Mi mano me lleva casi al punto de acabar, y paro. Nado hacia la superficie para tomar aire. Vuelvo a bajar y me siento en el fondo. Hago esto una y otra vez.

Debe ser por esto que las chicas quieren sentarse sobre tu cara. La succión es como una descarga que nunca se detiene. Con la pija dura, mientras me chupan el culo, no necesito aire. El corazón late en los oídos, me quedo abajo hasta que brillantes estrellas de luz se deslizan alrededor de mis ojos. Mis piernas estiradas, la parte de atrás de las rodillas rozando fuerte el fondo de concreto. Los dedos de los pies se vuelven azules, los dedos de los pies y las manos arrugados por estar tanto tiempo en el agua.

Y después dejo que suceda. Los grandes globos blancos se sueltan. Las perlas. Entonces necesito aire. Pero cuando intento dar una patada para elevarme, no puedo. No puedo sacar los pies. Mi culo está atrapado.

Los paramédicos de emergencias dirán que cada año cerca de 150 personas se quedan atascadas de este modo, chupadas por la bomba de circulación. Queda atrapado el pelo largo, o el culo, y se ahoga. Cada año, cantidad de gente se ahoga. La mayoría en Florida.

Sólo que la gente no habla del tema. Ni siquiera los franceses hablan acerca de todo. Con una rodilla arriba y un pie debajo de mi cuerpo, logro medio incorporarme cuando siento el tirón en mi culo. Con el pie pateo el fondo. Me estoy liberando pero al no tocar el concreto tampoco llego al aire. Todavía pateando bajo el agua, revoleando los brazos, estoy a medio camino de la superficie pero no llego más arriba. Los latidos en mi cabeza son fuertes y rápidos.

Con chispas de luz brillante cruzando ante mis ojos me doy vuelta para mirar… pero no tiene sentido. Esta soga gruesa, una especie de serpiente azul blancuzca trenzada con venas, ha salido del desagüe y está agarrada a mi culo. Algunas de las venas gotean rojo, sangre roja que parece negra bajo el agua y se desprende de pequeños rasguños en la pálida piel de la serpiente. La sangre se disemina, desaparece en el agua, y bajo la piel delgada azul blancuzca de la serpiente se pueden ver restos de una comida a medio digerir.

Esa es la única forma en que tiene sentido. Algún horrible monstruo marino, una serpiente del mar, algo que nunca vio la luz del día, se ha estado escondido en el oscuro fondo del desagüe de la pileta, y quiere comerme.

Así que la pateo, pateo su piel resbalosa y gomosa y llena de venas, pero cada vez sale más del desagüe. Ahora quizá sea tan larga como mi pierna, pero aún me retiene el culo. Con otra patada estoy a unos dos centímetros de lograr tomar aire. Todavía sintiendo que la serpiente tira de mi culo, estoy a un centímetro de escapar.

Dentro de la serpiente se pueden ver granos de maíz y maníes. Se puede ver una brillante bola anaranjada. Es la vitamina para caballos que mi padre me hace tomar para que gane peso. Para que consiga una beca gracias al fútbol. Con hierro extra y ácidos grasos omega tres. Ver esa pastilla me salva la vida.

No es una serpiente. Es mi largo intestino, mi colon, arrancado de mi cuerpo. Lo que los doctores llaman prolapso. Mis tripas chupadas por el desagüe.

Los paramédicos dirán que una bomba de agua de piscina larga 360 litros de agua por minuto. Eso son unos 200 kilos de presión. El gran problema es que por dentro estamos interconectados. Nuestro culo es sólo la parte final de nuestra boca. Si me suelto, la bomba sigue trabajando, desenredando mis entrañas hasta llegar a mi boca. Imaginen cagar 200 kilos de mierda y podrán apreciar cómo eso puede destrozarte.

Lo que puedo decir es que las entrañas no sienten mucho dolor. No de la misma manera que duele la piel. Los doctores llaman materia fecal a lo que uno digiere. Más arriba es chyme, bolsones de una mugre delgada y corrediza decorada con maíz, maníes y arvejas.

Eso es la sopa de sangre y maíz, mierda y esperma y maníes que flota a mí alrededor. Aún con mis tripas saliendo del culo, conmigo sosteniendo lo que queda, aún entonces mi prioridad era volver a ponerme el short. Dios no permita que mis padres me vean la pija.

Una de mis manos está apretada en un puño alrededor de mi culo, la otra arranca el short amarillo del cuello. Pero ponérmelos es imposible.

Si quieren saber cómo se sienten los intestinos, compren uno de esos condones de piel de cabra. Saquen y desenrollen uno. Llénenlo con mantequilla de maní, cúbranlo con lubricante y sosténganlo bajo el agua. Después traten de rasgarlo. Traten de abrirlo en dos. Es demasiado duro y gomoso. Es tan resbaladizo que no se puede sostener. Un condón de piel de cabra, eso es un intestino común.

Ven contra lo que estoy luchando.

Si me dejo ir por un segundo, me destripo.

Si nado hacia la superficie para buscar una bocanada de aire, me destripo.

Si no nado, me ahogo.

Es una decisión entre morir ya mismo o dentro de un minuto. Lo que mis padres encontrarán cuando vuelvan del trabajo es un gran feto desnudo, acurrucado sobre sí mismo. Flotando en el agua sucia de la piscina del patio. Sostenido por atrás por una gruesa cuerda de venas y tripas retorcidas. El opuesto de un adolescente que se ahorca cuando se masturba. Este es el bebé que trajeron del hospital trece años atrás. Este es el chico para el que deseaban una beca deportiva y un título universitario. El que los cuidaría cuando fueran viejos. Aquí está el que encarnaba todas sus esperanzas y sueños. Flotando, desnudo y muerto. Todo alrededor, grandes lechosas perlas de esperma desperdiciada.

Eso, o mis padres me encontrarán envuelto en una toalla ensangrentada, desmayado a medio camino entre la piscina y el teléfono de la cocina, mis desgarradas entrañas todavía colgando de la pierna de mis shorts amarillos. Algo de lo que ni los franceses hablarían.

Ese hermano mayor en la Marina nos enseñó otra buena frase. Rusa. Cuando nosotros decimos: “Necesito eso como necesito un agujero en la cabeza”, los rusos dicen: “Necesito eso como necesito un diente en el culo”. Mne eto nado kak zuby v zadnitse. Esas historias sobre cómo los animales capturados por una trampa se mastican su propia pierna; cualquier coyote puede decir que un par de mordiscos son mucho mejores que morir.

Mierda… aunque seas ruso, algún día podrías querer esos dientes. De otra manera, lo que tienes que hacer es retorcerte, dar vueltas. Enganchar un codo detrás de la rodilla y tirar de esa pierna hasta la cara. Morder tu propio culo. Uno se queda sin aire y mordería cualquier cosa con tal de volver a respirar.

No es algo que te gustaría contarle a una chica en la primera cita. No si quieres besarla antes de ir a dormir. Si les cuento qué gusto tenía, nunca volverían a comer calamares.

Es difícil decir qué les disgustó más a mis padres: cómo me metí en el problema o cómo me salvé. Después del hospital, mi madre dijo: “No sabías lo que hacías, amor. Estabas en shock”. Y aprendió a cocinar huevos pasados por agua.

Toda esa gente asqueada o que me tiene lástima… la necesito como necesito dientes en el culo.

Hoy en día, la gente me dice que soy demasiado delgado. En las cenas, la gente se queda silenciosa o se enoja cuando no como la carne asada que prepararon. La carne asada me mata. El jamón cocido. Todo lo que se queda en mis entrañas durante más de un par de horas sale siendo todavía comida. Chauchas o atún en lata, me levanto y me los encuentro allí en el inodoro.

Después de sufrir una disección radical de los intestinos, la carne no se digiere muy bien. La mayoría de la gente tiene un metro y medio de intestino grueso. Yo tengo la suerte de conservar mis quince centímetros. Así que nunca obtuve una beca deportiva, ni un título. Mis dos amigos, el chico de la cera y el de la zanahoria, crecieron, se pusieron grandotes, pero yo nunca llegué a pesar un kilo más de lo que pesaba cuando tenía trece años. Otro gran problema es que mis padres pagaron un montón de dinero por esa piscina. Al final mi padre le dijo al tipo de la piscina que fue el perro. El perro de la familia se cayó al agua y se ahogó. El cuerpo muerto quedó atrapado en el desagüe. Aun cuando el tipo que vino a arreglar la piscina abrió el filtro y sacó un tubo gomoso, un aguachento resto de intestino con una gran píldora naranja de vitaminas aún dentro, mi padre sólo dijo: “Ese maldito perro estaba loco”. Desde la ventana de mi pieza en el primer piso podía escuchar a mi papá decir: “No se podía confiar un segundo en ese perro…”.

Después mi hermana tuvo un atraso en su período menstrual.

Aun cuando cambiaron el agua de la pileta, aun después de que vendieron la casa y nos mudamos a otro estado, aun después del aborto de mi hermana, ni siquiera entonces mis padres volvieron a mencionarlo.

Esa es nuestra zanahoria invisible.

Ustedes, tomen aire ahora.

Yo todavía no lo hice.

lunes, 27 de abril de 2009

King Shot, lo nuevo de Alejandro Jodorowsky


EL LOCO regresará a las pantallas. Alejandro Jodorowsky ahora se debe encontrar trabajando en su nueva película: “King Shot”, que según palabras del mismo Jodorowsky será del tipo Spaghetti Western Metafísico de Gángsters (¿que?). Esta obra estará producida por otro trastornado: David Lynch y su compañía Absurda.

Para quienes estén familiarizados con el trabajo de Alejandro Jodorowsky se les hará sobresaliente el hecho de que para este largometraje haya decidido contratar a actores y actrices profesionales y muy conocid@s. Entre el elenco se encuentran Nick Nolte (quien fue una de las personas que le metió la idea a Jodorowsky para hacer una nueva película); el veterano Udo Kier, que recientemente lo podemos recordar como el coleccionista de películas en el film Quemaduras de cigarros de John Carpenter; Asia Argento, actriz y tambien directora (hija de un tal Darío Argento); Rossy de Palma, oficial chica Almodóvar; Adán Jodorowsky quien ahora en su carrera musical se hace llamar Adanowsky; el excéntrico músico Marilyn Manson, amigo y admirador de Jodorowsky, quien en su momento le pidió oficie un ritual alquimista para su boda con la actriz porno Dita Von Teese hoy su ex esposa; curiosamente en el film también participara Santiago Segura, conocido por sus películas del personajazo José Luis Torrente. A Jodorowsky le gustaron las películas de Torrente y hablo con Segura, el cual con entusiasmo acepto trabajar en la película sin cobrar.

Hasta ahora se sabe que para Nick Nolte se tiene preparado un papel como de mounstro al estilo del clásico Frankenstein y Marilyn Manson será un Papa de 300 años.

También es interesante la alianza Jodorowsky – Lynch, pues si el cinéfilo recuerda fue Lynch quien retomó el fallido intento de Jodorowsky por realizar el largometraje de Dune, de la cual Lynch dio como resulto una versión con el cantante Sting y además con demasiadas carencias que dejaron decepcionados a quienes la esperaban impacientes.

Se ha comentado que la cinta tendrá mucha violencia y sexo, cosas que en las películas de Jodorowsky tienen una buena justificación de ser. Al parecer todo tendrá un aspecto muy parecido al de Sin City (2005), cosa que tiene un poco en controversia a los que esperamos esta nueva obra de Alejandro Jodorowsky. Anhelemos con ansias el mejor de los resultados, que las pantallas y nuestro ser se iluminen.


Hecho originalmente para www.zombieeaters.blogspot.com

viernes, 24 de abril de 2009

Alberto García-Alix (segunda parte)


“tú retratas lo que no existe y sin embargo existe” “tú siempre muestras lo invisible” “lo que nadie ve tú lo ves” son palabras que Alejandro Jodorowsky le dice a Alberto García-Alix, y siendo palabras de un loco hacia otro loco yo pienso que eso es un elogio extraordinario. García-Alix va más allá de retratar la intimidad; captura la complejidad de las personalidad y nos muestra la diversidad de los individuos por que el la comprende al ser parte de esa diversidad (de la cual todos somos parte). Nos toma de la mano y nos enseña panoramas distintos a los que estamos acostumbrados.

El dato Wikipedia que les doy es que este fotógrafo es muy reconocido y entre sus exposiciones están las siguientes:

• Museo Reina Sofía, Madrid (retrospectiva De donde no se vuelve, 2008)
• Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León
• Centro Galego de Arte Contemporáneo, Santiago de Compostela
• Museo de arte contemporáneo, Madrid

Sus fotografías pueden ser vistas en revistas como Vogue, Vanity Fair o British Journal of Photography. García-Alix es ante todo un poeta con una cámara, que retrata lo mas bajo e inmoral, pero que también puede retratar lo divino, por que divina es su obra.

Ahora les dejo estos videos de una entrevista que Alejandro Jodorowsky le hizo para la tv. española. El resultado de juntarlos es muy curioso, Jodorowsky se siente próximo, intimo a García-Alix, pero este se siente intimidado por las palabras y las interpretaciones que se hacen se sus fotografías. Bueno, todo da pie a algo fantastico.







Publicado originalmente en http://atranquearelzorro.blogspot.com el 17 de febrero de 2009

jueves, 23 de abril de 2009

Alberto Gacía-Alix (Primera parte)



Alberto García-Alix es un hombre que bien podría ser tomado por algunas personas como un demonio, desciende a situaciones clandestinas de la vida convencional para retratarlas. Alberto hace conexiones con personas que en apariencia son despreciables y nos las muestra con gran esplendor e incluso haciéndolas un poco más impactantes.


García-Alix fue una de las piezas centrales del movimiento artístico-contracultural ocurrido en España conocido como “La movida madrileña”. Este gran fotógrafo ha superado las cosas mas ruines, pasó por momentos fuertes y agotadores que tal vez sea lo que le dio ese talento particular para mostrarnos las cosas.


Gran parte del material fotográfico que García-Alix presenta tiene motivos eróticos e incluso sexuales pero siempre vistos desde un ángulo muy particular, tomados en momentos mágicos y también enseñándonos lo inexistente.


A continuación les dejo parte de sus fotografías, y esperen la segunda parte, que de seguro la entregare mañana.




Este es de mis fovoritas








Esta me recuerda a una estapa de mi vida


Le otorgaron el Premio Nacional de Fotografía 1999, España.


Continuara...

Publicado originalemente en http://atranquearelzorro.blogspot.com el 16 de febrero de 2009

viernes, 17 de abril de 2009

Coffee & Cigarettes de Jim Jarmusch (Café y Cigarrillos)

Locochones, así me gustaría que fueran los encuentros y las charlas durante toda mi vida; he tenido varios encuentros a los que podría ponerles esa definición, pero para mi gusto no son suficientes. Por otra parte, la película motivo de este post esta basada en ese tipo de acontecimientos, raros, inauditos, quizás surrealistas y poéticos (por que soy un exagerado). Jim Jarmusch nos “regala” una película remojada con diálogos y silencios que a lo mejor nunca tendremos, por lo menos no con el ritmo que se nos presenta en esta cinta por que… ¿Alguna vez pensaste en utilizar la nicotina como un insecticida?

JIM JARMUSCH


Como lo dice el titulo, todas las conversaciones tienen algo en común, por su puesto, el café y el cigarro, pero ya tú sabes que esos no son más que pretextos para que los encuentros se den sin importar los resultados por que al fin y al cabo eso es lo de menos, lo que importa aquí son los momentos, auque yo no aceptaría una cita con el dentista por parte de una persona que conocí hace cinco minutos, y tampoco se la daría a un desconocido.



¿Qué hace Jack White con una bobina de Tesla? ¿Por qué Bill Murray es mesero de una cafetería? ¿Cuál es el interés de Alfred Molina por relacionarse con un alzado Steve Coogan? ¿Que sucede al encontrarse el ansioso perpetuo Roberto Benigni (después de mucho café) con Steven Wright? ¿Por qué Cate Blanchett actúa dos veces en esta película? ¿Iggy Pop y Tom Waits? Se que son demasiadas preguntas para un post que pretendía ser un poco más informativo, pero si lo hago así es para que te entre el interés por resolver las preguntas. Realmente me da pena que ahora en las cafeterías de México no se pueda disfrutar de un cigarro y un buen café a la vez. Sabemos que ninguna de las dos sustancias son buenas para nuestras salud, sinceramente eso no nos importa, a los actores de esta película tampoco les interesa, es más, los médicos las consumen en grandes cantidades.


El escritor y director:

Jim Jarmusch


Los actores:

Roberto Benigni

Steven Wright

Joie Lee

Cinqué Lee

Steve Buscemi (¿recuerdas a Mr. Pink?)

Iggy Pop

Tom Waitts

Joe Rigano

Vinny Vella

Vinny Vella Jr.

Renée French

E.J. Rodríguez

Alex Descas

Isaach De Bankolé

Cate Blanchett (x2)

Meg White

Jack White

Alfred Molina

Steve Coogan

GZA

RZA

Bill Murray

Bill Rice

Taylor Mead

Y claro que hay mucho café, cigarrillos y una bobina de Tesla.


¿Sabias que Tesla percibía a la tierra como un conductor de resonancia acústica?

(La película en México esta siendo distribuida por Film House, y si te gusta el café o el cigarro puedes pedírmela prestada)


*Publicado originalmente el miércoles 4 de marzo de 2009 en www.zombieeatersblog.blogspot.com

jueves, 16 de abril de 2009

Las Vidas Inesperadas



El escrito que presento ahora de Jaime Bayly me ha gustado por su sencillez y sinceridad. Comienza muy desalentador y terminar con la mejor reflexión de su vida que el autor pudo hacer. Estoy consciente de que me quedo muy corto en la descripción, simplemente léelo.


Las Vidas Inesperadas

Jaime Bayly


No podría probarlo, pero me asalta la poderosa sospecha de que la mayoría de los seres humanos no hemos sido planeados o planificados por nuestros padres, es decir que hemos llegado a nuestra precaria y fugaz condición de personas debido a un hecho más o menos fortuito o accidental, que, desde luego, nuestros padres no previeron ni probablemente desearon en el momento en que, tratando de gozar comprensible y humanamente de sus cuerpos, y no necesariamente tratando de reproducirse, dieron origen a nuestras vidas inesperadas.

Creo, sin poder demostrarlo, que la inmensa mayoría de las personas hemos llegado bruscamente al mundo no porque nuestros padres lo desearon y planificaron cuidadosamente antes de que ocurriese nuestra concepción, sino porque nuestros padres simplemente desearon tener sexo, desearon compartir un momento de puro placer, lo desearon con tanto ardor que olvidaron tomar las debidas precauciones y luego se resignaron, más o menos abatidos, o más o menos esperanzados, a los hechos fríos y consumados: ella había quedado embarazada y no había más remedio que aceptar la paternidad como un pesado mandato del destino que sólo los muy crueles osaban interrumpir para no complicarse más la vida. Podría apostar todo mi dinero (que no es mucho, pero es todo el que tengo) a que yo no fui un embarazo planeado, a que mis padres tampoco fueron embarazos planeados, a que ninguno de mis hermanos fue un embarazo planeado, a que ninguno de mis abuelos fue planeado, a que ninguno de mis tíos y tías fueron planeados.

Podría apostar que toda o casi toda mi familia llegó al mundo de la misma manera como las demás familias suelen llegar al mundo: de casualidad, accidentalmente, por imprevisión, negligencia o calentura de los padres. No dudo, por supuesto, de que había amor en las personas que nos concibieron, sólo me permito dudar de que en el momento en el que estaban copulando, estaban también pensando en concebirnos y deseando que tal cosa ocurriera. Creo que terminamos siendo un daño colateral o un precio a pagar por un momento de placer. Pero lo que en verdad dio origen a nuestras vidas no fue el deseo de que en efecto viviéramos, sino el deseo de nuestros padres a gozar de sus vidas, a gozar de sus vidas amándose más o menos torpe y descuidadamente.

No hay, que yo sepa, una encuesta o censo universal que pueda probar esta sospecha, pero de veras creo que la mayoría de las personas hemos llegado a tal condición porque nuestros padres no fueron suficientemente racionales, precavidos o calculadores. Es decir, que si nuestros padres hubiesen podido elegir en el momento mismo en que nos concibieron si sólo querían gozar de buen sexo o si además querían pagar el daño colateral de ser padres, muy probablemente la mayoría (sin conocernos, claro está) hubiese elegido el puro goce sexual y no la paternidad subsiguiente e inconveniente. Me atrevo a afirmar entonces esta impertinencia: que muchos de nuestros padres no eligieron racional y felizmente ser padres. Nuestros padres se resignaron a serlo como quien acepta que uno a veces se resfría o se corta un dedo o tiene un dolor de cabeza o le viene a una mujer la menstruación, como una cosa humana, fastidiosa, como un mal necesario.

No deja de ser curioso que el origen de la vida humana parezca estar menos en el deseo de reproducirnos que en el mero deseo de gozar. Es decir, que el deseo de gozar de nuestra precaria humanidad parece ser tan intenso y abrasador que obnubila nuestros cálculos y nuestro mínimo sentido de la prudencia y trae como consecuencia inesperada e indeseada una nueva vida humana. A veces esa nueva vida mejora la vida de sus padres y los llena de felicidad. A veces la empeora y la llena de conflictos, reproches, enconos y rencores. Lo que nos lleva a otra conclusión igualmente imposible de probar: toda vida humana se origina en la búsqueda del placer (no siempre en la búsqueda mutua del placer, a veces en la búsqueda solitaria e incluso brusca, violenta y forzada del placer de un individuo sobre otro), pero no toda vida humana es fuente de placer. Que lo sea o no depende de la sabiduría de los padres o de la sabiduría de los hijos o del imperio del azar o del capricho de los dioses.

Si me dijeran que mañana voy a morir, aquello de lo que más me arrepentiría sería haber deseado no ser padre, haber intentado porfiada y estúpidamente interrumpir los embarazos que me hicieron padre.

Respetando la tradición familiar, mis hijas no fueron embarazos planeados, fueron embarazos accidentales. Su madre y yo nos amábamos sin la menor duda y queríamos obtener el máximo goce posible acercando nuestros cuerpos, pero no calculamos que aquella pasión formidable y ciega nos haría padres. La paternidad fue entonces una consecuencia inesperada, no exenta de conflictos y recriminaciones por mi parte, un evento azaroso que no asumí con la menor alegría.

Es decir que es sólo exacto afirmar que soy padre de dos hijas no porque deseé tenerlas y las planifiqué racionalmente, sino porque amé y deseé a su madre con tanta intensidad que dejé de pensar en las consecuencias que dicho acto amatorio podía acarrear.

Se puede decir entonces que, siendo sin duda fruto del amor, mis hijas no fueron fruto del cálculo o la razón. Racionalmente, yo no quería ser padre. Racionalmente, yo sólo quería obtener un magnífico orgasmo. Irracionalmente, no tomé las debidas precauciones y dejé embarazada a mi chica.

En aquellos momentos turbulentos, ambos embarazos pudieron ser vistos (al menos, por alguien tan tonto como yo) como un error, un descuido o una imprudencia. Es decir, que no me alegré cuando mi chica me dijo que estaba embarazada. No era algo que ella ni yo deseábamos. Fue un hecho fortuito, una consecuencia inesperada de la pasión irracional que nos unía.

Irónicamente, lo que entonces consideré que había sido un error, un acto irracional o imprudente, ha terminado siendo lo mejor que me ha pasado en la vida, la experiencia más feliz y enriquecedora de mi existencia, aquello de lo que me siento más orgulloso cuando pienso en lo que dejaría si muriera mañana: mis hijas, dos vidas preciosas y formidables que llegaron al mundo no gracias a mí, sino a pesar de mí.

Ninguna de las cosas que yo puedo haber deseado, calculado o planificado, como un libro o un programa de televisión, podría compararse nunca en belleza, armonía y perfección a aquellas dos personas, mis hijas, a las que contribuí a dar vida sin calcularlo ni planificarlo, e incluso oponiéndome tozudamente y haciendo sufrir a su madre.

Esta melancólica conclusión, que dos circunstancias que en su momento consideré erróneas o imprudentes terminasen siendo el origen de las más grandes alegrías y los más perdurables placeres que he vivido, que de dos supuestos errores racionales surgieran dos fantásticas vidas humanas que han enriquecido y mejorado la mía de un modo que no podría siquiera comenzar a describir, hace que, cerca de cumplir cuarenta y cuatro años, y viendo dormir a mis hijas de quince y trece años, me sienta ahora mismo el hombre más idiota y feliz del mundo.


Jaime Bayly



*La fotografía de encabezado es de Alberto García-Alix.