sábado, 10 de octubre de 2009

Nocturna (El primero de una trilogía de tres)

Hecho originalmente para http://elcuarenta.wordpress.com/


Olvidándose de la moda adolescente por la temática de los vampiros románticos, Guillermo del Toro y Chuck Hogan dieron inicio a una serie de tres libros con una forma más tradicional, que al mismo tiempo es comprensible y lógica por la cantidad de detalles científicos que se explican. A esta serie de libros se ha decidido llamarle La trilogía de la oscuridad. El primero es Nocturna, que relata la llegada de un avión comercial al Aeropuerto “John F. Kennedy”, de Nueva York, procedente de Berlín. Al aterrizar, la nave se apaga totalmente con la tripulación y pasajeros a bordo, dejando de lado los protocolos de seguridad establecidos. La torre de control tiene nula comunicación con la tripulación; no hay llamadas de emergencia y lo más misterioso es la penumbra que orbita alrededor de la aeronave: el aura de “nada bueno”. En el aeropuerto no lo saben, pero el problema con el vuelo recién llegado no es un desperfecto, ni siquiera la evasión a los reglamentos de aviación, el problema con ese vuelo es lo que hay dentro de él y lo que eso desencadenará.

Ephraim Goodweatheres (Eph) es un médico genio que está en medio de conflictos personales, estresado por ganarse el derecho legal de tener a su hijo (simpatizante de los zombis) junto a él después de su divorcio. Está a cargo de una agencia sanitaria que el gobierno de los Estados Unidos ha creado a partir del atentado terrorista en las Torres Gemelas y con las personas presentes aquel 11 de septiembre de 2001. Se ocupa de realizar las medidas de contingencia sanitaria en la ciudad en caso de alerta. Junto con su compañera Nora Martínez, ha sido llamado para analizar el escalofriante avión detenido en el aeropuerto. Lo que se encuentra en el interior no es nada agradable, y eso lo saben desde los primeros pasos.

Lo ocurrido con el vuelo esa noche coincide con que la tarde siguiente se ve un ocultamiento solar del cual toda la ciudad es espectadora como en el momento más intenso de una ópera. Nadie lo expresa, pero el fenómeno astrológico deposita en las personas un temor no localizado. Eph siente ese temor sin saber por qué, pero presiente que el resultado de lo encontrado al interior del avión, aunado con el ocultamiento solar, no será nada bueno.

Abraham Setrakian es un viejo extranjero con las manos torcidas, dueño de una tienda de empeños y curiosidades descontinuadas, el lugar donde consiguen dinero los adictos, vagos y ladrones. De joven fue prisionero en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. En aquel sitio fue testigo de la leyenda que su abuela le contaba cuando niño, la historia de Jusef Sardú, que distaba mucho de ser un simple cuento, especialmente cuando lo escuchó en vivo, lo olió y lo tuvo frente a sus ojos. Setrakian, al ver en las noticias lo sucedido con el avión esa noche, entiende que sus años de preparación y espera han terminado. Él sabe lo que está ocurriendo y lo que sucederá después, tiene el conocimiento y las herramientas para combatir la oscuridad que se irá haciendo espacio en la isla norteamericana y que posiblemente rebasará toda frontera. Sabe qué hacer, sabe cómo actuar, a alguien tiene que darle el mensaje y lo encuentra en la pantalla del televisor.

Vasily es un experto en plagas -exterminador le dirían- especializado en combatir los millones de ratas que habitan Nueva York. Es un montaraz que se escabulle entre el asfalto y el concreto de la ciudad. Ha notado un extraño comportamiento en las actividades de los roedores que ante los ojos de un inexperto parecerían una plaga, pero que para él es el indicio de que algo muy grave y totalmente inusual está sucediendo.

Los personajes descritos anteriormente (y otros) tendrán que hacer un esfuerzo por no morir, cada quien por su lado, hasta convergir y hacer frente a una amenaza vital para la raza humana, que también pone en riesgo tu sangre y la mía. La batalla contra los vampiros no solamente es frente a frente, sino que también hay un interés de poder humano en todo lo que sucede, lo cual hace más difícil cada movimiento contra ellos.

Topé con un libro muy descriptivo que me fue provocando pequeños escalofríos viscerales. Desde el primer relato logró que mi atención se sujetara de sus líneas, de sus imágenes detalladas, también de su putrefacción. Sus personajes inhumanos tienen maneras de proceder muy bien relatadas, sus transformaciones entraron a mi laboratorio imaginario para dar como resultado fotografías que considero bastante exactas. El ritmo del relato es muy bueno, diseñado para que me desesperara por saber ¡ya! lo que sucede en otro lugar o con otro personaje mientras se cuenta una parte de la histeria.

Tuve una agradable reacción al leer la descripción del ocultamiento solar por la ciudad; todos los personajes con distintas visiones de esto, desde distintos lugares, cada quien con su experiencia única, pero todos con el mismo escalofrío y con la misma sensación de mal augurio.

Si bien la forma de su narración tiene un estilo dominantemente hollywoodense de publicidad taquillera, con situaciones esperables, encuentros obvios e incluso personajes estereotipados, no me cegué para notar que es un libro muy bueno (a mi consideración). Toma muchos elementos de la tradición de los vampiros y le pone un por qué y un cómo; utiliza personajes que en alguna película o libro ya se habrán mostrado y en esta ocasión los afina; incluso toma una ciudad muy empleada por los directores de cine para todo tipo de suceso mundial sin precedentes (usada hasta el cansancio también en la vida real), pero en este libro hay una razón de peso en la elección de esa isla.

He de confesar que el final me ha dejado con la espera de más –pronto-, en especial porque este libro me devoró en dos días (ay de aquél lector que piensa que se devora un libro, son los libros quienes se atragantan de lectores incautos), y esto se debe a que últimamente he tenido “un poco de tiempo libre”. Es una lectura que seguramente te pedirá un poquito más en cualquier rato de ocio. En lo personal, al terminar sus palabras me dije “Del Toro debería hacer una película de esto”; no tardé más de un minuto para darme cuenta que al leer el libro también había visto la película.

Guillermo del Toro y Chuck Hogan

Nota: Nocturna lo puedes conseguir en cualquier librería o tienda de autoservicio en la sección de libros, seguramente lo encontrarás entre los de Deepak Chopra y entre esos cuentos hormonales de vampir@s adolescentes y guapísim@s con una sexualidad punzante. Cuesta exactamente 249 jodidos pesos mexicanos (si lo amerita, exige tu peso de cambio) pero, si como yo no tienes dinero para comprarlo, entra a casa de cierto colaborador pudiente y anónimo de este blog, tómalo prestado y corre.

P.D.: ¡Gracias Tino! =D



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