miércoles, 23 de diciembre de 2009

Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo (2008)


Hace un par de semanas, como es mi costumbre, fui al Cine-Teatro Universitario de Campeche y dejé en su lecho de muerte a un desahuciado cine Hollywood en donde no saben programar películas. Tuve la oportunidad de ver el documental mexicano “Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo”, la ópera prima de la joven directora Yulene Olaizola, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica de la Ciudad de México, y becaria del Fonca. Este documental -con poco más de una hora de duración y utilizando una sola cámara- logró captar mi atención por la manera en que la directora y Rubén Imaz (codirector) lo editaron para manejar la información.


Al principio pareciera que la cinta se gastaría en las aburridas conversaciones de una señora mayor, Rosa Elena Carvajal, dueña de una casa de huéspedes en la colonia Anzures, entre las calles Shakespeare y Víctor Hugo de la Ciudad de México; y de Florencia Vega Moctezuma, quien ha trabajado haciendo la limpieza en la pensión por más de 30 años. De repente, todo se centra en un personaje que no aparece plenamente, se trata del desconocido (por lo menos antes) Jorge Riosse, de quien -por más que se le conoció- no se pudo saber mucho de su pasado previo a los ocho años que habitó en la pensión. La señora Rosa Elena Carvajal (abuela de Yulene Olaizola), relata cómo logró una gran amistad con Jorge Riosse a partir de todas las capacidades artísticas que este hombre (salido de quién sabe dónde) tenía: poliglota, pintor, dominante de una guitarra, voz y letras interesantes; poeta, dibujante, fotógrafo, pintor y vanguardista del arte. Riosse era un hombre extravagante, demasiado educado y, aunque suene a cliché, excéntrico, con un talento innato, pues según se sabe, no recibió ninguna instrucción artística formal, apenas terminó la educación primaria y todo el conocimiento y talento que tenía fue por propia iniciativa y siendo autodidacta.


La historia de Jorge Riosse se fue revelando con entrevistas hechas a quienes convivieron con él en la pensión y fuera de ella; se puede apreciar que todos han sido marcados permanentemente por este artista desconocido, incluida Yulene, a quien Jorge utilizaba constantemente como el tema de sus pinturas (todas femeninas). Florencia Vega y Rosa Elena relatan que las conductas de Jorge se hicieron erráticas, extrañas, casi aprehensivas y desconcertantes para quienes convivían con él. Su vida pasada y sus actividades nocturnas eran un misterio. Estas cosas fueron las que provocaron cierto distanciamiento de la familia de Rosa Elena, quien quería a ese hombre de una manera en la que ella misma dice que “la gente no lo iba a entender”, porque no se trataba de nada sexual.


Fue después de la muerte de Jorge -ocurrida de manera abrupta por un aparatoso y rarísimo accidente en su cuarto- que Rosa Elena comienza a relacionar las conductas de Jorge con los incidentes que se fueron dando en la Ciudad de México: la policía andaba tras la pista de un asesino serial que estrangulaba prostitutas y las dejaba envueltas en una sábana bajo la cama.


La directora intenta empujarnos a la conciencia de lo complicado que pueden ser las interacciones sociales, lo engañosas que puede ser las personalidades y cómo van mutando las relaciones. El documental logra trasformar a sus entrevistados en personajes de la historia típica de una película de suspenso, pero como en esta ocasión, nada mejor que la realidad para mejorar la fantasía y aunque parezca muy usado este argumento, la directora nos ayuda a descubrir lo que hay detrás de la personalidad de Jorge y lograr recabar algo más de su pasado, la diferencia es que no se trata de la producción costosa de un gran director; sin embargo, la manera en la que se nos va guiando con los relatos y las anécdotas, provoca el ansia de querer saber más de Riosse a quien, después de ver el documental, tampoco podrás olvidar.



Podría enumerar los premios y las presentaciones que ha tenido por todo el mundo; sin embargo, creo que lo que realmente vale es la película. Si tienes la oportunidad de verla, no dudes en hacerlo.



Puedes entrar a la página oficial del filme, ver algunas pinturas y dibujos, escuchar diálogos y canciones interpretadas por Jorge Riosse que también puedes descargar, además de un par de escritos sencillos.


http://www.intimidadesde.com/


TODOS LOS SUFRIMIENTOS DEL CORAZÓN PROVIENEN DE QUE

-AMAMOS PARA RECIBIR Y NO PARA DAR

-PARA POSEER Y NO PARA MEJORAR

-PARA ABSORBER Y NO PARA INMORTALIZAR

Jorge Riosse



PERFOMANCE

CUANDO SE AMA

NO SE RAZONA:

CUANDO SE RAZONA

PARECE QUE

NO SE AMA.

CUANDO SE RAZONA

DESPUÉS DE HABER AMADO

SE COMPRENDE POR QUÉ

SE AMABA.

CUANDO SE AMA

DESPUÉS DE HABER

RAZONADO SE AMA

MEJOR…

Jorge Riosse

El trailer




http://www.youtube.com/watch?v=07WU9toZCgU



Entrevista a Yulene Olaizola




http://www.youtube.com/watch?v=QuFqsNZG3dM

martes, 22 de diciembre de 2009

Limeranza, estado de idiotez conciente


(Este es un pequeño ensayo que escribí para el diplomado en sexualidad humana)

“I'm in heaven, when you smile.”

Van Morrison


¿Alguna vez has estado tan enamorad@ de alguien que sientes que se pierden tus pensamientos en esa persona? ¿Has sentido desesperación por ver o escuchar de alguien que te atrae? ¿Te ha sucedido que quieres llamar la atención de alguien para que te note? ¿Te desesperas por recibir alguna señal de aprobación, un guiño, un roce o una simple palabra en dirección tuya?

Si las respuesta a las preguntas anteriores son “sí” entonces estás o has estado en un proceso llamado limeranza. Algunos la describen como una patología: “Limeranza es un estado patológico caracterizado por una disminución de serotonina a nivel cerebral, lo que conduce a un incremento de la sensibilidad emocional e inestabilidad.” En términos de las emociones la limeranza es el proceso de enamoramiento que las personas pueden tener para con una o más personas del mismo o diferente sexo con la finalidad de encontrar interés afectivo recíproco.

El término limeranza (limerence) fue dado libremente por la psicóloga y maestra Dorothy Tennov; utilizado por primera vez en su libro de 1981 Love and limerence: the experience of being in love. Este libro muestra los resultados de una investigación que la psicóloga realizó a sus alumnos al notar que sus rendimientos escolares se deterioraban. Tennov observó que ésta disminución en el rendimiento escolar coincidía con procesos de enamoramiento que sus alumnos vivían. Con los resultados de estas investigaciones pudo establecer las características emocionales, conductuales y fisiológicas que un individuo pude sentir al estar limerante (quien está en limeranza).

Se podría decir que la limeranza es una experiencia que cada persona puede vivir y que varía en cada individuo, así lo expresa Álvarez-Gayou: “…la limeranza es un fenómeno universal característico del ser humano, aunque sin duda tendrá matices y diferencias condicionadas cultural e individualmente, pero sobre una línea básica común.”

Muchas personas pueden pasar mucho tiempo de su vida en limeranza, otras personas pueden sentir algo similar por menor tiempo, otras quizás aún no han pasado por esas sensaciones. Lo que es seguro es que las personas que la han experimentado pueden describir claramente sus emociones y reacciones.

La limeranza puede llevar a una persona a experimentar uno de los ideales del ser humano: amor. La limeranza y el amor no son lo mismo. El amor es más difícil de definir y quienes van a la cabeza en su comprensión y descripción son los escritores y poetas dejando las investigaciones y análisis experiméntales a los científicos.

La limeranza comienza con el interés por una o más personas, que como ya se mencionó, pueden ser de diferente sexo o el mismo. Ahora, supongamos que se trata de una sola persona, el contacto con esta persona puede ser reciente o puede que se le conozca desde hace tiempo. Inicialmente el interés por este individuo es muy subjetivo, no se sabe exactamente por qué se fija la atención precisamente en esta persona y por qué hay esa atracción, la cual no es precisamente del tipo sexual. Contrario a lo que se puede pensar, el sexo no es la base central de la limeranza, el objetivo principal es encontrar la reciprocidad emocional, y ésta puede llegar a su punto más alto de expresión con la relación sexual.

Los niveles de la limeranza pueden ir subiendo o bajando, dependiendo de las repuestas que se reciban. Al inicio las sensaciones son ligeras para luego ser más acentuadas y claras. Cuando los niveles son altos la percepción de la persona limerante es afectada, inclusive se pueden pasar por estados alterados de conciencia; las fantasías son persistentes. El entusiasmo es muy elevado en esta etapa, en la cual aún se pude sentir esto por varias personas al unísono. El pensamiento intrusivo es constante y se piensa continuamente en la persona limerada (en quien se fija la atención).

Cuando la reciprocidad es evidente las sensaciones cambian, y al parecer el avance de las sensaciones se estancan, como por haber logrado un objetivo. No obstante la sensación que se describe cuando esto ocurre es euforia.

Curiosamente cuando hay situaciones que obstaculizan el desarrollo de la relación o si se duda de la reciprocidad el limerante se compromete más con sus sentimientos y los niveles emocionales aumentan. Cuando la duda llega a niveles elevados la limeranza se hace casi enfermiza y es en cierto modo, imposible tener el control sobre los sentimientos. Esta duda es responsable de ciertas conductas para llamar la atención de la personas limerada, como lo son los cambios de ropa, el arreglo personal es mas minucioso, se busca platica constantemente, se ingenian pretextos para acercarse a la persona limerada. Se está alerta a cualquier señal que indique una similitud en los sentimientos o todo lo contrario. El lenguaje corporal es importante, pues con esto se puede ver alguna luz de oportunidad y la sensación de eso es reconfortante. El rechazo es el temor del limerante en esta etapa; no ser afín con los sentimientos de la otra persona.

Cuando la limeranza es bien llevada todo puede girar a favor de formar una pareja, que luego con el tiempo pueden terminar en matrimonio; aunque actualmente las tendencias muestran que no son los objetivos finales de las parejas.

Como ya se dijo, la experiencia de la limeranza varia en cada persona; así también el tiempo que se tarda en este estado. Tennov estima que en promedio una persona puede estar en limeranza hasta por dos años. Esa estimación no incluye a las personas que pueden presentar los síntomas por unas cuantas semanas o inclusive la vida entera; son casos poco comunes pero hay que tomarlos en cuenta. La estimación que más se acepta respecto a su duración va de entre los 18 meses hasta los tres años.

También, como ya se ha dicho, la limeranza en algún momento (salvo los casos excepcionales) va a disminuir o terminar. Al ocurrir esto normalmente se pueden presentar dos situaciones. El individuo limerante termina su proceso o lo inicia con otra persona. Cuando la limeranza disminuye mucho o desaparece se pueden cambiar los sentimientos y convertirlos en verdadero amor, es entonces cuando se desvanece el enamoramiento. O sea que al desaparecer la limeranza no es estricto que la pareja se separe, si se logra un buen vínculo afectivo, si los planes de vida y convicciones son compatible o comprendidos las posibilidades de continuar son muy altas.

¿Cuántos de nosotros no hemos pasado por todo esto una o más ocasiones? Las sensaciones y lo vivido son como sueños, se vive en las nubes y el pensamiento es libre. Todo esto de la limeranza tiene un objetivo, la reciprocidad. Si embargo, hay algo más que eso, un ideal, eso es vivir el amor verdadero y desinteresado. “El amor personal es algo no personal, pues se ama cuando el yo programado no existe ya…el amor desinteresado existe, es el único al que se le puede dar el nombre de amor.” (Anthony de Mello)

miércoles, 2 de diciembre de 2009

ABOVE, de MAD SEASON



CONT. NETO: 10 TRACKS


Un producto con garantía


El talento y entusiasmo por hacer música no siempre garantizan el éxito de un grupo, tampoco se asegura al obtenerlo y querer repetir desde otra trinchera. Mad Season es un buen ejemplo del talento y convicción por hacer buena música con un resultado agradable. Iván Nieblas reseñó a este conjunto -en R&R Nº 101- como “…una reunión de músicos en rehabilitación.”, recuperación que fue un espejismo si tomamos en cuenta que dos de los integrantes, Layne Staley y John Baker Saunders, murieron por sobredosis de heroína.



Instrucciones:


La curiosidad y convergencia de intereses fue lo que hizo que Mike McCready (guitarrista de Pearl Jam y también de Temple Of The Dog), John Baker Saunders (conocido por su bajo con The Walkabouts y otros trabajos en la escena blues), y Barrett Martin (encargado de la batería para Screeming Trees) formaran lo que se denominó como “supergrupo”. La idea era hacer algo distinto al grunge que en ese entonces era explotado por los medios, imprimiendo claras señas del sonido y ánimo de la música blues. Para eso McCready recomendó la voz de Layne Staley, el raro y deprimente personaje a cargo de la voz en Alice In Chains que en ese entonces padecía adicción a la heroína (lo cual desbarató su vida hasta cesarla).



La reunión de estos músicos llamó la atención del público y prensa al ser muy conocidos porque individualmente formaban parte de bandas famosas en los escenarios grunge, cada quien por su lado. Bastaron unas presentaciones con el seudónimo provisional de The Gacy Bunch para decidirse a grabar su primer LP. Primero tuvieron que definir su nombre por Mad Season, como se le conoce a la temporada en la que se cosechan los hongos alucinógenos. El disco cuenta con 10 canciones, y fue producido por Brett Elison, quien ya había trabajado para Pearl Jam. Fue lanzado con el nombre de “Above”, en marzo de 1995, sellado por Columbia Records. Los sencillos que se lanzaron fueron River Of Deceit y I Don't Know Anything.



El hundimiento hacia lo profundo comienza con Wake Up, martillazo inesperado, una canción engañosa desde que inicia con un bajeo desganado que, sin embargo, llega a ser pegajoso y continúa cuando entra la voz que suavemente dice Wake up, young man, it's time to wake up”. El subir y bajar de la intensidad hace atractivo este track, cuando parece que todo va a acelerar en realidad se queda a medias para descender de nuevo y arremeter otra vez con un buen solo de guitarra. Esta canción me ha hecho volar la cabeza.



Otra canción con relieve es River Of Deceit, a la cual le hicieron un videoclip. La música es suave, la letra desalienta con frases como The river of deceit pulls down, the only direction we flow is down, down, oh down...”. Sin embargo, las palabras más pegadoras de la canción, y quizás de todo el disco, son “My pain is self chosen, our pain is self chosen”. Una rola para tumbar el entusiasmo.



Otros tracks intensos son Lifeless Dead y I Don't Know Anything (I don't know anything, I don't know who I am ... I don't know anything, I don't know who to be, why we have to live in, so much hate everyday?”).


Long Gone Day es una canción que rompe con lo esperable del disco después de escuchar los siete tracks previos. La calidez de la música prevalece durante toda la canción haciendo contraste con la frialdad de la letra:


(…See you all from time to time
Isn't it so strange
How far away we all are now
Am I the only one who remembers that summer
Oh, I remember
Everyday each time the place was saved
The music that we made
The wind has carried all of that away


Long gone day
Mmmm, who ever said
We wash away with the rain...)

Resulta ser un canción pesada si se le presta atencion a todos los elementos. Es un dueto con la voz de Layne Staley; la genial participación de Mark Lenegan se mejora con el sonido del saxofón, ejecutado por Skerik.


El track número nueve se invirtió exclusivamente en el sonido de los instrumentos que varían en su ritmo e intensidad. Al resultado de la explotación de talentos se le llamó November Hotel.


El cierre se da con All Alone, una pieza que me ha dejado sorprendido. Es una de las canciones más desalentadoras que he escuchado (entre esas también incluyo Nutshell, de Alice In Chains). La música en esta ocasión evoca algo relajante, un poco “místico”. Lo sobresaliente es la letra y su mensaje we're all alone”, y ya. Con eso y la música fue suficiente para cocinar una de las piezas más pesimistas que conozco, sin complicaciones, para terminar de clavar la daga y entristecer a los suceptibles (In Blue).



Precaución


Como se habrá percatado, Above no es un disco con buen ánimo, lo cual no significa que sea malo, por lo contrario, es un muy buen disco para los que gustan llagarse suavemente la tristeza con música y letras, y que a su vez ayudará a reflexionar algunas cosas, escudriñando el desánimo desde los oídos pues, claro, de un poco de eso se trata el blues.



Recomendaciones:


Si de verdad quiere entristecerse esta Navidad, pero ya se le acabaron los pretextos, apague las luces antes de dormir y escuche All Alone, de preferencia con audífonos. Para obtener resultados más decadentes*, combínelo con Nutshell**, de Alice In Chains.


Ingredientes:

  1. Wake Up

  2. X-Ray Mind

  3. River Of Deceit

  4. I'm Above

  5. Artificial Red

  6. Lifeless Dead

  7. I Don't Know Anything

  8. Long Gone Day

  9. November Hotel

  10. All Alone


Hecho en Estados Unidos por:


MAD SEASON


Barrett Martin - Batería


Mike McCready - Guitarra


John baker Saunders - Bajo


Layne Staley - Voz y guitarra







Con la colaboración de:


Skerik(Eric Walton) - Saxofón en Long Gone Day


Mark Lanegan - Voz en I'm Above y Long Gone Day




*No se garantiza su tristeza y tampoco nos responsabilizamos por los suicidas.


**Nutshell de Alice In Chains se puede encontrar en el disco “Jar Of Flies”, de 1994.




Para mayor ilustración:


Véase el video Live At The Moore Theatre (1995)



Visítenos en la red:

www.elcuarenta.wordpress.com

¡Su opinión nos interesa!



Wake Up


http://www.youtube.com/watch?v=YPAmydQsozU


River Of Deceit


http://www.youtube.com/watch?v=7vdHdxk1YZo



All Alone


http://www.youtube.com/watch?v=kC5ZV7DCWjk

sábado, 10 de octubre de 2009

Nocturna (El primero de una trilogía de tres)

Hecho originalmente para http://elcuarenta.wordpress.com/


Olvidándose de la moda adolescente por la temática de los vampiros románticos, Guillermo del Toro y Chuck Hogan dieron inicio a una serie de tres libros con una forma más tradicional, que al mismo tiempo es comprensible y lógica por la cantidad de detalles científicos que se explican. A esta serie de libros se ha decidido llamarle La trilogía de la oscuridad. El primero es Nocturna, que relata la llegada de un avión comercial al Aeropuerto “John F. Kennedy”, de Nueva York, procedente de Berlín. Al aterrizar, la nave se apaga totalmente con la tripulación y pasajeros a bordo, dejando de lado los protocolos de seguridad establecidos. La torre de control tiene nula comunicación con la tripulación; no hay llamadas de emergencia y lo más misterioso es la penumbra que orbita alrededor de la aeronave: el aura de “nada bueno”. En el aeropuerto no lo saben, pero el problema con el vuelo recién llegado no es un desperfecto, ni siquiera la evasión a los reglamentos de aviación, el problema con ese vuelo es lo que hay dentro de él y lo que eso desencadenará.

Ephraim Goodweatheres (Eph) es un médico genio que está en medio de conflictos personales, estresado por ganarse el derecho legal de tener a su hijo (simpatizante de los zombis) junto a él después de su divorcio. Está a cargo de una agencia sanitaria que el gobierno de los Estados Unidos ha creado a partir del atentado terrorista en las Torres Gemelas y con las personas presentes aquel 11 de septiembre de 2001. Se ocupa de realizar las medidas de contingencia sanitaria en la ciudad en caso de alerta. Junto con su compañera Nora Martínez, ha sido llamado para analizar el escalofriante avión detenido en el aeropuerto. Lo que se encuentra en el interior no es nada agradable, y eso lo saben desde los primeros pasos.

Lo ocurrido con el vuelo esa noche coincide con que la tarde siguiente se ve un ocultamiento solar del cual toda la ciudad es espectadora como en el momento más intenso de una ópera. Nadie lo expresa, pero el fenómeno astrológico deposita en las personas un temor no localizado. Eph siente ese temor sin saber por qué, pero presiente que el resultado de lo encontrado al interior del avión, aunado con el ocultamiento solar, no será nada bueno.

Abraham Setrakian es un viejo extranjero con las manos torcidas, dueño de una tienda de empeños y curiosidades descontinuadas, el lugar donde consiguen dinero los adictos, vagos y ladrones. De joven fue prisionero en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. En aquel sitio fue testigo de la leyenda que su abuela le contaba cuando niño, la historia de Jusef Sardú, que distaba mucho de ser un simple cuento, especialmente cuando lo escuchó en vivo, lo olió y lo tuvo frente a sus ojos. Setrakian, al ver en las noticias lo sucedido con el avión esa noche, entiende que sus años de preparación y espera han terminado. Él sabe lo que está ocurriendo y lo que sucederá después, tiene el conocimiento y las herramientas para combatir la oscuridad que se irá haciendo espacio en la isla norteamericana y que posiblemente rebasará toda frontera. Sabe qué hacer, sabe cómo actuar, a alguien tiene que darle el mensaje y lo encuentra en la pantalla del televisor.

Vasily es un experto en plagas -exterminador le dirían- especializado en combatir los millones de ratas que habitan Nueva York. Es un montaraz que se escabulle entre el asfalto y el concreto de la ciudad. Ha notado un extraño comportamiento en las actividades de los roedores que ante los ojos de un inexperto parecerían una plaga, pero que para él es el indicio de que algo muy grave y totalmente inusual está sucediendo.

Los personajes descritos anteriormente (y otros) tendrán que hacer un esfuerzo por no morir, cada quien por su lado, hasta convergir y hacer frente a una amenaza vital para la raza humana, que también pone en riesgo tu sangre y la mía. La batalla contra los vampiros no solamente es frente a frente, sino que también hay un interés de poder humano en todo lo que sucede, lo cual hace más difícil cada movimiento contra ellos.

Topé con un libro muy descriptivo que me fue provocando pequeños escalofríos viscerales. Desde el primer relato logró que mi atención se sujetara de sus líneas, de sus imágenes detalladas, también de su putrefacción. Sus personajes inhumanos tienen maneras de proceder muy bien relatadas, sus transformaciones entraron a mi laboratorio imaginario para dar como resultado fotografías que considero bastante exactas. El ritmo del relato es muy bueno, diseñado para que me desesperara por saber ¡ya! lo que sucede en otro lugar o con otro personaje mientras se cuenta una parte de la histeria.

Tuve una agradable reacción al leer la descripción del ocultamiento solar por la ciudad; todos los personajes con distintas visiones de esto, desde distintos lugares, cada quien con su experiencia única, pero todos con el mismo escalofrío y con la misma sensación de mal augurio.

Si bien la forma de su narración tiene un estilo dominantemente hollywoodense de publicidad taquillera, con situaciones esperables, encuentros obvios e incluso personajes estereotipados, no me cegué para notar que es un libro muy bueno (a mi consideración). Toma muchos elementos de la tradición de los vampiros y le pone un por qué y un cómo; utiliza personajes que en alguna película o libro ya se habrán mostrado y en esta ocasión los afina; incluso toma una ciudad muy empleada por los directores de cine para todo tipo de suceso mundial sin precedentes (usada hasta el cansancio también en la vida real), pero en este libro hay una razón de peso en la elección de esa isla.

He de confesar que el final me ha dejado con la espera de más –pronto-, en especial porque este libro me devoró en dos días (ay de aquél lector que piensa que se devora un libro, son los libros quienes se atragantan de lectores incautos), y esto se debe a que últimamente he tenido “un poco de tiempo libre”. Es una lectura que seguramente te pedirá un poquito más en cualquier rato de ocio. En lo personal, al terminar sus palabras me dije “Del Toro debería hacer una película de esto”; no tardé más de un minuto para darme cuenta que al leer el libro también había visto la película.

Guillermo del Toro y Chuck Hogan

Nota: Nocturna lo puedes conseguir en cualquier librería o tienda de autoservicio en la sección de libros, seguramente lo encontrarás entre los de Deepak Chopra y entre esos cuentos hormonales de vampir@s adolescentes y guapísim@s con una sexualidad punzante. Cuesta exactamente 249 jodidos pesos mexicanos (si lo amerita, exige tu peso de cambio) pero, si como yo no tienes dinero para comprarlo, entra a casa de cierto colaborador pudiente y anónimo de este blog, tómalo prestado y corre.

P.D.: ¡Gracias Tino! =D



lunes, 31 de agosto de 2009

Sumario mundano


(El Invitado Incierto, de Edward Gorey)


I

Le entregaron su café y lo agarró con la mano izquierda. La taza estaba muy caliente y de nuevo la asentó lentamente en el plato para evitar derramar algo. Sin quejarse se quedó contemplando las yemas de sus dedos, observando cómo el dolor se difuminaba dejándole unos pequeños calambres en los dedos. Aún más abstraído, se fijó en la palma de su mano, la notó muy femenina y longeva: “un retrato de mi alma” pensó para sí, recordando que esa fue la descripción que una mujer hizo acerca del alma que él tenía. Luego recordó el gracioso juego de lectura de mano que varias veces hizo con algunas mujeres para pasar el rato. Se dio cuenta que desde hace mucho tiempo no frecuentaba a ninguna de ellas. Descansó la mano en la mesa sin darse cuenta que el dolor había cesado.

II

Se sentó en la escarpa frente a una casa con el simple objeto de sentarse. Nada premeditado, todo automático. Sentía que la noche estaba muy oscura. Sacó un cigarro y lo encendió, mientras sacaba el primer hilo de humo vio que de una casa salía una muchacha atractiva, su fragancia costosa y popular llegó a su olfato. La muchacha llevaba puesto un pequeño vestido de algodón color melón, totalmente entallado a su figura y que de largo no rebasaba la mitad de sus muslos. Las curvas de esa mujer se le figuraron exageradas, duras y perfectas. La muchacha se subió a un automóvil negro y emprendió la marcha. Ese desencuentro fue un contundente estímulo para su virilidad. Sin conocerla decidió ponerle un nombre: “Te llamas Lucía y vas camino a mi casa, pasarás por mí y cenaremos juntos. Iremos a la playa, después me recitarás un poema que te he inspirado y haremos el amor en el asiento trasero de tu auto, o quizás simplemente cojamos” fantaseó.

Mientras permanecía sentado, su cigarro se consumía en el olvido.

III

La mañana era muy fresca. Hizo parada al microbús para dirigirse al trabajo. Se encontró con un ex compañero de la escuela. Se saludaron con la mano y se actualizaron un poco. Unas cuadras más adelante, el operador del microbús paró y se bajó a desayunar una torta sin importarle –aparentemente- la comodidad o la urgencia de los pasajeros. Mientras permanecían sentados le comentó a su compañero:

- Anoche fui a una lectura de poemarios. Una mujer leyó –de manera muy desusada- unos poemas relacionados con la muerte. En su análisis entusiastamente sugirió, a manera de revelación, que lo único seguro en la vida es la muerte. Me decepcionaron esas palabras, pues no es nada nuevo para mí. Desde que era niño me di cuenta que esa es la gran ironía de la vida. Eso no me hace un iluminado, pero te diré una cosa, yo no le tengo miedo a la muerte. Le perdí el miedo hace un poco de tiempo. Después de mi etapa suicida, luego de haberla tenido en mi rostro y de soñarla…no. Ya le perdí el miedo y le confesé mi respeto, simplemente la acepté en mí. Esa es la parte fácil. Lo difícil es perderle el miedo a la muerte de quienes queremos, esa, para mí, es otra ironía. Cuando alguien a quien quieres muere se siente como un abandono. Yo lo sentí cuando murió mi abuelo. Lo único que se puede hacer es aceptar el inminente dolor de la muerte, especialmente cuando sucede de manera prematura…

Continuó hablando sin darse cuenta que su compañero le prestaba poca atención, probablemente porque al igual que los otros pasajeros se preocupaba más por la hora. El operador del microbús se estaba atragantando con un bocado de la torta que comía.

IIII

Diez y tres de la mañana. Abrió los ojos e inmediatamente percibió una nueva inspiración: estaba decidido a ser un gran criminal. Antes de dormir había terminado de leer Ensayo de un crimen, y lo que esa noche soñó le hizo convencerse. Se levantó de la cama y bajó la escalera. Cuando se disponía a comer un poco de cereal le vino a la mente el recuerdo latente de lo sucedido en la escalera. Cuando tenía nueve años y su hermano siete, pasaban los días de vacaciones de verano entre que jugaban y reñían. En lo alto de la escalera empujó a su hermano y rodó hacia abajo. En su recuerdo vivió de nuevo el momento de silencio que sirvió de preludio para el enorme grito de dolor. Vio la pierna rota de su hermano y de inmediato la evocación le remitió a los clavos que le colocaron en la pierna; despertó la sensación de lo horrendo que se le figuraban esas piezas de metal y sentía cómo se le clavaban en los ojos y la garganta. Se le esfumó el apetito y subió la escalera para ir de nuevo a su cama. Al acostarse decidió truncar su carrera criminal. Durante el tiempo previo a dormirse de nuevo, le vino a la mente el momento en el que decidió ser malabarista, jugar con el fuego, hacer pases difíciles. También recreó el momento en el que se quemó un dedo apenas la primera vez en la que encendía un paño para hacer malabares, entonces abandonó su idea.

V

Sin darse cuenta, en su sueño se formó la convicción de ser poeta. Se imaginó que le gustaba ser leído y escuchado. Intentó hacer un verso de algo, pero no le complacía. Optó por dedicarle unas palabras a una bella mujer incierta, pero alguien más se le adelantaba utilizando las ideas que él quería ejecutar. Decidió dedicarle unas palabras a la Coca Cola, pero se percató de que la mujer incierta bebía una, no importaba que esta fuera de color naranja. Le frustraba pensar que alguien delatará el momento en que se formó su inspiración. Despertó contrariado. Lo primero que hizo fue tirarse un pedo.

viernes, 21 de agosto de 2009

Los clásicos en versiones estridentes.

Caperucita roja y el lobo (feroz), Los tres cerditos (cochinitos); en mi infancia me parecían cuentos con suspenso, ahora que los comprendo mejor me doy cuenta por que: Un lobo se come a la abuelita y espera comerse a la nietecita, pero un cazador que pasa por ahí le da un certero escopetazo al lobo, la muerte frente al rostro de la niña, una historia un poco sanguinaria que bien podría tener su versión gore. Un lobo que quiere devorarse a un triunvirato de cerdos, pero antes tiene que destrozar sus casas para llegar a ellos, este es un ejemplo de terror psicológico por la angustiante situación que pasan los primeros dos cerditos haraganes antes de resguardarse con el cerdito más trabajador.

Roald Dahl, con el humor que lo caracteriza, entregó nuevas versiones de los clásicos La cenicienta, Juan y la habichuela mágica, Blancanieves y los siete enanos, Rizos de oro y los tres osos, Caperucita roja y el lobo y Los tres cerditos. Todos los cuentos son relatados con rimas, a su estilo y con finales diferentes a los acostumbrados pues ¿Por qué los cuentos infantiles tienes la costumbre de terminar con un final feliz? Un desenlace feliz ¿para quién?


Caperucita Roja y el Lobo

De Roald Dahl

Traducción de Miguel Azaola


Estando una mañana haciendo el bobo

le entró un hambre espantosa al señor Lobo,

así que, para echarle algo a la muela,

se fue corriendo a casa de la Abuela.

“¿Puedo pasar, señora?”, preguntó.

La pobre anciana, al velo, se asustó

pensando: “¡Éste me come de un bocado!”

Y, claro, que no se había equivocado:

se convirtió la Abuela en alimento

en menos tiempo del que aquí te cuento.

Lo malo es que era flaca y tan huesuda

que al Lobo no le fue de gran ayuda:

“Sigo teniendo un hambre aterradora…

¡Tendré que merendarme a otra señora!”

Y, al no encontrar a ninguna en la nevera,

gruñó con impaciencia aquella fiera:

“¡Esperaré sentado hasta que vuelva

Caperucita Roja de la Selva!”

Y por que no se viera su fiereza,

se disfrazó de la Abuela con presteza,

se hecho laca en las uñas y en el pelo,

se puso la gran falda gris de vuelo,

zapatos, sombrerito, una chaqueta

y se sentó en espera de la nieta.

Llegó por fin Caperu a mediodía

y dijo: “¿Cómo estás, abuela mía?

¡Por cierto, me impresionan tus orejas!”

“Para mejor oírte, que las viejas

somos un poco sordas”. “¡Abuelita,

qué ojos tan grandes tienes!”. “¡Claro, hijita,

son los lente nuevos que me ha puesto

para que pueda verte Don Ernesto

el oculista”, dijo el animal

mirándola con gesto angelical

mientras se le ocurría que la chica

iba a serle mil veces más rica

que el alimento precedente. De repente

Caperucita dijo: “¡Qué imponente

abrigo de pieles llevas este invierno!”

El Lobo, estupefacto, dijo: “¡Un cuerno!

O no sabes el cuento o tú me mientes:

¡Ahora te toca hablarme de mis dientes!

¿Me estas tomando el pelo…? Oye, mocosa,

te comeré ahora mismo y a otra cosa”.

Pero ella se sentó en un canapé

y se sacó un revólver del corsé,

con calma apuntó bien a la cabeza

y -¡pam!- allí cayó una buena pieza.

Al poco tiempo vi a Caperucita

Cruzando por el bosque… ¡Pobrecita!

¿Sabes lo que la descarada usaba?

Pues nada menos que con un abrigo desfilaba

y a mí me pareció de piel de un lobo

que estuvo una mañana haciendo el bobo.




Los tres cerditos

De Roald Dahl

Traducción de Miguel Azaola


El animal mejor que yo recuerdo

es, sin ninguna duda, el cerdo.

El cerdo es bestia lista, es bestia a mable,

es bestia noble, hermosa y agradable.

Más, como en toda regla hay excepción,

también hay algún cerdo tontarrón

dígame usted si no: ¿qué pasaría

si paseando por el bosque un día,

topara con un cerdo que trabaja

haciéndose una gran casa…de PAJA?

El Lobo, que esto vio, pensó: “Ese idiota

debe estar falto de pelota…”

“¡Cerdito, por favor, déjame entrar!”

“¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!”

“¡Pues soplaré con más fuerza que el viento

y aplastaré tu casa en un momento!”

Y por más que rezó la criatura

el Lobo destruyó su arquitectura.

“¿Qué afortunado soy –pensó el bribón-.

¡Veo la vida de color jamón!”

Por que de aquel cerdito, al fin y al cabo,

ni se salvó el hogar ni quedó el rabo.

El Lobo siguió dando su paseo,

pero un rato después gritó: “¿Qué veo?

¡Otro lechón adicto al bricolaje

haciéndose una casa… de RAMAJE!

¡Cerdito, por favor, déjame entrar!”

“¡Ay no, que eres el Lobo, eso ni hablar!”

“¡Pues soplare con más fuerza que el viento

y aplastaré tu casa en un momento!”

Farfulló el Lobo: “Ya verás, lechón!”

y se lanzó a soplar como un tifón.

El cerdo gritó: “¡No hace tanto rato

que te has desayunado! Hagamos un trato…”

El Lobo dijo: “¡Haras lo que yo te diga!”

Y pronto estuvo el cerdo en su barriga.

“No ha sido mal almuerzo el que hemos hecho,

pero aún no estoy del todo satisfecho

-se dijo el Lobo-. No me importaría

comerme otro cochino a mediodía”.

De modo que, con paso subrepticio,

la fiera se acercó hasta otro edificio

en cuyo comedor otro marrano

trataba de ocultarse del villano.

La diferencia estaba en que el tercero,

de los tres era el menos majadero

y que, por si las mosca, el muy pillo

se había hecho la casa…¡de LADRILLO!

“¡Conmigo no podrás!”, exclamó el cerdo.

“¡Tú debes pensar que soy lerdo!

-le dijo el lobo-. ¡No habrá quien impida

que tumbe de un soplido tu guarida!”

“¡Nunca podrás soplar lo suficiente

para arruinar mansión tan resistente!”

Contesto el cochino con razón,

pues resistió la casa el ventarrón.

“Si no la puedo hacer volar soplando,

la volaré con polvora… y andando”,

dijo la bestia y el lechón sagaz,

que aquello oyó, chillo: “¡Serás capaz!”,

y lleno de zozobra y de congoja,

un número marcó: “¿Familia Roja?”,

“¡Aló! ¿Quién llama? –le respondió ella-.

¡Cochino! ¿Cómo estas? Yo aquí, tan bella

como acostumbro ¿y tú?”. “Caperu, escucha.

Ven aquí en cuanto salga de la ducha”.

“¿Qué pasa?” preguntó Caperucita

“Que el Lobo quiere darme dinamita,

y como tú de lobos sabes mucho,

quizá puedas dejarle sin cartuchos”.

“¡Querido marranín, cerdito guapo!

estaba proyectando comprar trapos,

así que, aunque me da cierta pereza,

iré en cuanto me seque la cabeza”.

Poco después Caperu atravesaba

el Bosque de este cuento. El Lobo estaba

en medio del camino, con los dientes

brillando cual puñales relucientes,

los ojos como brazas encendidas

todo él lleno de impulsos homicidas.

Pero Caperucita –ahora de pie-

volvió a sacarse el arma del corsé

y alcanzo al Lobo en punto tan vital

que la lesión le resultó fatal.

El cerdo, que observaba con ojo avizor,

gritó: “¡Caperucita Roja es la mejor!”

¡Ay, puerco ingenuo! Tu pecado fue

confiar en la chica del corsé.

Porque Caperu luce últimamente

no sólo dos abrigos imponentes

de Lobo, sino un maletín de mano

hecho con la mejor…¡PIEL DE MARRANO!



Del libro Revolting Rhymes (en español Cuentos en verso para niños perversos) de Roald Dahl con ilustraciones de Quentin Blake. 2007, Alfaguara Infantil.



Aquí hay otra versión de los tres cerditos, a mi me gusta mas esta.


http://www.youtube.com/watch?v=Z8uAvMey8iA

martes, 18 de agosto de 2009

¿Dónde vas, Poeta? por JM García Magaña

¿A dónde vamos todos? Eso me pregunto. Un poema de JM, que además de un buen caricaturista también es un buen escritor.



¿Dónde vas, Poeta?
JM García Magaña

I
próxima al reino / un ave toma impulso
se deja caer /
paranoicas plumas en azul cielo /
como gota de sangre / en el suelo posterior /
un sello de ternura
marca como ser y no ser
¿cuál debilidad? ¿cuál fuerza en las alas?
en el vacío ahora / arrepentida /
desploma el futuro como un posible sobresalto
su última canción no será tan larga /
y sin sus alas únicas / irrepetibles /
los vuelos seguirán /
las migraciones / las parvadas
y los altos nidos en iglesias frescas /
todo vuela / todo es revuelo
y la muerte tiene forma de ala

II
¿cómo explicarle a las tripas
que el hambre se marchó hace ya demasiado tiempo /
que se mudó a mejores dietas
a gargantas mas profundas /
y cómo hacerle entender a los ojos
que esa luz no es cierta /
que es luciérnaga y movimiento /
que el realismo mágico nos jugó una mala pasada /
que desde hace varios años atrás
estamos ciegos y flacos/
detenidos al pie de libros
sin letras?

III
alguien cavó una mina
en mi tercera muela /
a punto del derrumbe
el nervio cede a la delincuencia
y entonces lo difícil
es descontinuar la rutina del mastique /
hay que decorar los bocados
con movimiento coreográficos /
desconfiar de los dentistas
como de los abogados /
aplicar más dentífrico a la sonrisa marrón /
y creer / creer / en serio creer /
que esta pinche muela
morirá con nosotros /

IV
mirarla
a oscuras /
a través del último orificio /
en la persiana última /
la vecina come / sola /
desnuda de movimientos falsos /
íntima en su masticar desnudo /
única en su plato solo de soledad /
y si fuera una vela
cambiaría de flama o de rumbo
a conveniencia /
sin compromisos / sin pretensiones
engulle horror / y bebe agua fría /
y correr del paladar al baño
a provocar un retorno

sábado, 18 de julio de 2009

McDonald´s, por Julián Herbert



McDonald´s

Nunca te enamores de 1 kilo
de carne molida.
Nunca te enamores de la mesa puesta,
de las viandas, de los vasos
que ella besaba con boca de insistente
mandarina helada, en polvo:
instantánea.
Nunca te enamores de este
polvo enamorado, la tos
muerta de un nombre (Ana,
Claudia, Tania: no importa,
todo nombre morirá), una llama
que se ahoga. Nunca te enamores
del soneto de otro.
Nunca te enamores de las medias azules,
de las venas azules debajo de la media,
de la carne del muslo, esa
carne tan superficial.
Nunca te enamores de la cocinera.
Pero nunca te enamores, también,
tampoco,
del domingo: futbol, comida rápida,
nada en la mente sino sogas como cunas.
Nunca te enamores de la muerte,
su lujuria de doncella,
su sevicia de perro,
su tacto de comadrona.
Nunca te enamores en hoteles, en
pretérito simple, en papel
membretado, en películas porno,
en ojos fulminantes como tumbas celestes,
en hablas clandestinas, en boleros, en libros
de Denis de Rougemont.
En el speed, en el alcohol,
en la Beatriz,
en el perol:
nunca te enamores de 1 kilo de carne molida.

Nunca.

No.

(Julián Herbert y un perro)

jueves, 9 de julio de 2009

Los hombres también somos víctimas de violencia y abuso sexual (Ensayo hecho por un hombre)

Este ensayo no es de carácter machista, sino todo lo contrario.

Los hombres también somos víctimas de violencia y abuso sexual

(Ensayo hecho por un hombre)

Son abundantes, pero no suficientes, las campañas publicitarias en distintos medios de comunicación para hacer conciencia de la gravedad de la violencia hacia las mujeres por parte de los hombres, así como su prevención y denuncia. El Gobierno, por medio de sus organismos específicos y otras instituciones particulares, invierte grandes cantidades de dinero y horas de trabajo para intentar erradicar -o por lo menos mitigar- la problemática de violencia intrafamiliar (frase que últimamente ha hecho que en el inconsciente social muchos la entiendan como la violencia hacia la mujeres y/o los hijos principalmente por parte del hombre).

Constantemente se lanzan estadísticas escandalosas que intentan mostrarnos la dimensión de este fenómeno sociocultural. Los números suelen ser tan alarmantes que incluso han llevado a formar un organismo apoyado por el Gobierno Federal para tratar los problemas a los que se enfrentan las mujeres: El Instituto de la Mujer. Esta institución hace una labor respetable brindando apoyo psicológico, médico, legal, etc. a las mujeres que lo necesiten. Aplaudo la labor que el Instituto de la Mujer realiza, pues durante décadas enteras (y creo que estoy sesgando demasiado el tiempo) la preocupación por los problemas de las mujeres había sido mínima o se mantenía en el olvido.

Las mujeres, al igual que los hombres, tienen necesidades específicas de atenciones -como la médica y la emocional-. De la misma manera, pero relativamente más reciente, se ha realizado una labor pesada y constante por parte de movimientos femeninos y masculinos para evitar una diferenciación marcada y discriminatoria al comparar a las mujeres y a los hombres. En Ciudad Juárez, Chihuahua (México), varias decenas de estudiantes universitarios (hombres exclusivamente) caminaron por las calles de la ciudad calzando zapatos de tacón femeninos en protesta por la constante violencia que reciben las mujeres en esa entidad. Al mismo tiempo, estos movimientos promueven la equidad de género, en la cual aparentemente desde hace unos años se han visto avances significativos, pero no suficientes. Es por esto que me parece incongruente, e incluso “retrógrada”, la formación de instituciones en las que se atiendan exclusivamente a las mujeres. Las intenciones son muy buenas y su trabajo es loable; sin embargo, estos institutos dejan por lo menos un poco olvidados los propósitos principales de la equidad de género.

Lo dicho anteriormente quizás pueda parecer un poco atrevido para algunas personas, pero en mi experiencia he podido comprobar (por más obvio que sea, aún así es necesario comprobar para hacerse más conciente) que los hombres también tenemos necesidades emocionales e igualmente somos violentados tan intensamente como las mujeres. Quizás los casos de violencia intrafamiliar por parte de las mujeres, la violencia de la novia hacia el novio o el maltrato hacia los esposos por parte de sus esposas sean menores que los perpetrados por los hombres hacia las mujeres, pero aún así es un problema existente y que repercute directa o indirectamente en toda la sociedad. La violencia sigue siendo violencia aún cuando tenga un nombre diferente o se la considere de otro “tipo” o “clase”. Por irónico que parezca, es a la violencia en general a la que hay que atacar, sin importar hacia quien se dirija. He escuchado de casos en los que hombres violentados por sus esposas no saben a quién acudir para obtener ayuda, tomando en cuenta que bajo determinadas construcciones sociales y culturales a un hombre por lo general le es más difícil aceptar que es violentado y decidir recibir ayuda. En muchos casos, las instituciones encargadas de atender sucesos de violencia intrafamiliar no se sienten preparadas para atender casos en los que los hombres son agredidos violentamente por sus esposas. Especialmente sé de un caso en el que a un hombre maltratado por su esposa se le negó la atención en el Instituto de la Mujer por ser una institución en la que se atiende a mujeres (su nombre lo dice ¿no?); sin embargo, a esta persona la pudieron canalizar adecuadamente. Para nada estoy en contra de esta institución, sino que opino que es necesaria la expansión de la misma y su reorganización para atender a todos los géneros por igual. Se debe aprovechar la apertura de los organismos e instituciones que se preocupan por las mujeres para que se complementen y también actúen sobre las problemáticas que a los hombres les puedan afectar.

El abuso sexual hacia los hombres es frecuentemente dejado de lado por las investigaciones. Se suele creer que las consecuencias de que un niño sea forzado a tener prácticas sexuales por una mujer son menores comparándolo con que una niña sea abusada sexualmente por un hombre. Puede que las consecuencias sociales sean menores, pues en las sociedades falocentristas es de esperarse que el hombre penetre a una mujer o tenga juegos sexuales con ellas y se espera que sea el mismo hombre quien deba buscar estas situaciones para demostrar la “hombría” y cumplir con los cánones solicitados por la masculinidad; sin embargo, a veces no se piensa que en realidad las consecuencias psicológicas y, por ende, emocionales, de un abuso sexual a temprana edad hacia un niño pueden ser devastadoras afectando directamente la personalidad de ese individuo, complicando su sentir existencial, su forma de desarrollarse en todas las esferas de la vida, llevándole a sentir un desamparo silencioso muchas veces a lo largo de toda su existencia debido a que “Desde pequeño se le enseña al hombre a no poner atención a sus procesos emocionales supuestamente porque obstaculizan una forma clara de pensar. Le hacen creer que el pensamiento por sí solo es la única forma de entender los hechos. El problema es que entender un hecho es muy diferente de procesar ese hecho” (F. Ramírez, 2000). Tradicionalmente se piensa que un hombre se tiene que construir y que debe prescindir de sus emociones porque éstas lo dejan desprotegido, vulnerable y lo ponen en evidencia frente a las mujeres que esperan un varón sagaz e inflexible, y que por eso mantiene el control sobre sí mismo y lo que está a su alrededor, buscando además una posición de superioridad entre los hombres y mujeres. La consecuencia de esto, dice Ramírez, es que el hombre, al reprimir sus emociones, “… se quita su propia individualidad para ajustarse al parámetro social que le indica cómo mantener esta posición de superioridad.”

La violación hacia los varones también es frecuente en diversas situaciones como en los cuarteles de los ejércitos militares. En esos lugares, los hombres -al estar encuartelados- creen no poder controlar sus impulsos sexuales y violentos, teniendo que someter a otro compañero a sus deseos ganando al mismo tiempo una posición jerárquica importante. La violencia y abuso sexual también se pueden dar por parte de grupos armados en los conflictos bélicos: los soldados que toman posesión de pueblos o ciudades suelen recurrir a conductas violentas y abusan sexualmente de las mujeres, hombres, niños y niñas que pueblan el sitio que han asegurado, trasgrediendo además todos sus derechos. Hasta el momento, a la Organización de las Naciones Unidas y a la OTAN no parecen preocuparles seriamente estos asuntos que ocurren en cada guerra.

Recientemente se dio a conocer que las cárceles en México están excesivamente sobrepobladas. Se han mostrado imágenes de presos que duermen unos sobre otros en pequeñas habitaciones. Las condiciones de hacinamiento son impresionantes y el espacio personal es prácticamente nulo. La violencia entre los reclusos y las violaciones son asuntos de todos los días en esos lugares. Por si no fuera suficiente, en muchos países (entre los cuales México no es la excepción) los propios personales y directivos de las prisiones son los que provocan la violencia y las violaciones. Se narran historias en las que los funcionarios de las cárceles obligan a los presos a mantener relaciones sexuales como una forma de entretenimiento o como castigo impuesto por los soldados o los policías que custodian esos lugares, que además pueden ser también directamente los causantes de la violencia sexual hacia los reclusos como entretenimiento. Además de todo lo anterior, de por sí entre los prisioneros de las cárceles hay una constante competencia de respeto, territorio y jerarquía valiéndose de la violencia (esto se relata bien en la película “Historia americana X”). Ese tipo de sucesos se dan debido a que socialmente, para lograr la construcción de la masculinidad, un hombre desde pequeño “…se aleja de las conductas que son satisfactorias, sensibles, emocionales, cooperativas, expresivas y delicadas. Por otro lado, se identifica con un modelo masculino y adopta las características masculinas de competencia, alejamiento, rudeza, individualismo, egoísmo y dominio” (F. Ramírez, 2000).

Al igual que con las mujeres el hogar, la calle, la escuela y el trabajo son otros lugares o situaciones en los que se presenta violencia sexual en contra de los hombres y también ocurre en lugares en los que se esperaría esto no suceda, como en la instituciones religiosas. El periodista y escritor peruano Jaime Bayly, en su novela “No se lo digas a nadie” (1994), relata que Joaquín -personaje principal de la obra- se va de campamento con el grupo Saeta, de la organización religiosa Opus Dei asentada en Lima, Perú, a la que su propia madre, al igual que las madres y los padres de los púberes que lo acompañan, apoyan económicamente. Durante el campamento, Joaquín se percata que los ministros y numerarios del Opus Dei organizan los acuartelamientos exclusivos para varones bajo pretextos falaces que servían para llevar a cabo sus “mañoserías” con los muchachos por medio de la coacción y con el apoyo silencioso del ministro de la organización religiosa. Los relatos que se dan en esta novela provocaron escándalos en las altas sociedades de la comunidad limeña de Perú (en las que se enfoca el escritor) aún cuando el autor del libro hizo la nota aclaratoria de que las narraciones que lo formaban sólo existían en su imaginación. La aclaración de nada sirvió, pues mucha gente asegura que las líneas que forman el libro son autobiográficas para Jaime Bayly, con lo que se pusieron en juicio social las conductas que los miembros del Opus Dei realizan con los jóvenes. Se estima que alrededor del 20.0% de los adolescentes en Perú han declarado que en alguna ocasión han sido víctimas de alguna agresión sexual (OPS., 2003).

Según el Informe Mundial sobre la violencia y la salud (2003), se estima que en los países desarrollados entre el 5% y el 10% de los hombres han declarado que durante su niñez fueron víctimas de alguna agresión sexual. Debido al menor interés de las investigaciones por enfocarse en la violencia que reciben los hombres y las grandes variaciones estadísticas, no se puede hacer una apreciación más certera de cuán grave es la problemática de la violencia y el abuso sexual hacia los hombres.

La violencia hacia los hombres no debe ser un tema de menor interés y no debe ser desplazado por el tema de la violencia hacia la mujer; los dos casos son igual de importantes. Los hombres, al igual que las mujeres, sufrimos por cumplir las expectativas que la sociedad exige para la formación de los géneros estandarizados por muchos años. Los hombres sufrimos por esa necesidad de ser violentos que se nos enseña y por las consecuencias sociales y emocionales que implica el juego de estar constantemente en disputa o competencia con la masculinidad de otros hombres.

Puede ser poco, pero conforme han ido transcurriendo los años y se han realizado movimientos y compañas a favor de los derechos de las mujeres, los hombres nos hemos hecho más conscientes de que para ellas no es fácil cumplir con los requerimientos y obligaciones que implica ser mujer. Pero aún no he notado los movimientos suficientes o las campañas que intenten hacer consciencia de lo difícil y angustiante que puede ser para un hombre cumplir con los cánones de masculinidad, de los cuales, como individuo, podría prescindir.




Bibliografía:

RAMÍREZ, F. (2000). Violencia masculina en el hogar. México, DF: Ed. Pax México.

OPS. (2003). Informe mundial sobre la violencia y la salud. Washington, D.C.

BAYLY, Jaime. (1994) No se lo digas a nadie. Barcelona, España: Ed. Seix Barral.